Es el campo más antiguo de la Costa Brava. Diseñado por el inglés Sir F.W. Hawtree en 1966, no necesita de grandes distancias para hacer saborear el buen golf. Desde amarillas son 5.970 metros y cuenta con hoyos muy coquetos, donde la precisión también hace disfrutar al jugador.
Los pinos, que rodean todas las calles, trasladan a los aficionados a un mundo anterior. Se trata de una máquina del tiempo que transporta al golfista a un recorrido del pasado para que pueda saborear la auténtica tradición de este deporte. Hoyos cortos que obligan a sortear pinos y con algún ligero dog leg hacen de este “viaje” una agradable aventura.
Para empezar, el primer hoyo, par 4 corto y estrecho, de 289 metros, plantea lo que va a ser el recorrido. Los tres primeros hoyos son pares 4 que no superan los 315 metros desde barras amarillas. El hoyo 4 se aproxima más a la realidad del siglo XXI, con un par 4 de 377 metros, para seguir con un par 5 de 465 metros que mantiene el gusto por el golpe técnico a la hora de no salirse de la calle. Para terminar la vuelta, un par 3 de 150 metros, un par 4 de 357, un par 5 de 458 y un par 3 de 140 con agua de por medio que también obliga a afinar la entrada a green.
Esa misma tónica se va a ver en la segunda vuelta. El hoyo diez presenta un divertido dog leg a la izquierda que ayuda a jugar con el drive, aunque sus 320 metros dan la opción de salir con madera e incluso con un hierro. El green en alto añade algo más de más emoción. Para seguir, un par 3 muy bonito, con el tee en alto y con la particularidad de que es necesario saltar las copas de dos pinos que hacen de muralla al green. Sus 124 metros son para detallistas.
El hándicap 1 del campo, el hoyo 12, tiene también un dog leg a la derecha y un green muy protegido. Los hoyos 13 y 14, con agua en los alrededores, dan comienzo a hoyos algo más largos, de 350 y 498 metros. Les sigue un par 3 de 175 metros, otro par 5 de casi 500 metros, y para acabar, dos hoyos más complicados. El hándicap 3 es un par 4 de 361 metros con un peligroso dog leg a la izquierda, y un hoyo 18 par 5 de 447 metros con el mismo peligro de pinos en los lados de la calle.
Los 18 hoyos de Platja de Pals no pasan de moda. Los golpes técnicos se premian en un recorrido que da culto a la tradición.
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