“Resulta curioso estar a cuatro golpes del líder en la primera jornada de un torneo como este después de haber hecho cinco bajo par el primer día”, decía Tiger refiriéndose a la portentosa primera vuelta que el joven veinteañero norirlandés, Rory McIlroy, había hecho por la mañana.
La jornada había empezado muy bien para ambos. Un día perfecto, sin viento sin calor, greenes lentos y receptivos y un campo precioso para albergar la primera jornada del 150 Open Británico. Y claro, los dos, como otros jugadores que salieron por la mañana, aprovecharon sus oportunidades. El primero de ellos fue el norteamericano John Daly, con 44 años a sus espaldas, que con 66 golpes llegaba a la Casa Club como un pavo real recordando la hazaña que hizo hace 15 años, cuando en 1995 consiguió en este mismo campo ganar, seguramente, el mejor torneo de su carrera deportiva.
Con Daly como líder sorprendente, McIlroy tomó nota y después de hacer un birdie y un eagle en los nueve primeros hoyos se atrevió a desafiar todas las reglas de Saint Andrews y con seis birdies más en los segundos nueve se colocó con nueve bajo par, que por cierto es la mejor marca de la historia para la primera vuelta en este campo y en este torneo. Casi nada.
Tras él, los jugadores iban llegando y viendo un poco atónitos los marcadores que se iban produciendo. Oosthuizen-8, Daly, Coltart, Tiley, Dredge y Hanson, -6 y otros ocho jugadores, entre ellos Tiger Woods y Alejandro Cañizares, con cinco bajo par, empatados en octava posición.
Una de las “decepciones” del torneo fue la actuación en esta primera jornada del que fuera segundo clasificado el año pasado, el ganador de cinco British, el estadounidense Tom Watson, que esta vez se tuvo que conformar, al salir por la tarde, con un pobre 73 que le deja sin opciones al milagro. Una situación que vivió el año pasado y que este no podrá repetir.
Complicado lo tiene también otro de los candidatos a la victoria y también al número uno mundial, el estadounidense Phil Mickelson, que por tener horario de tarde también tuvo que convivir en su jornada con mucho más viento y lluvia que sus compañeros de la mañana. Phil acabó muy lejos de la cabeza, en el puesto 97, con +1, y sin demasiadas opciones de luchar ni por el triunfo ni por el número uno del ranking mundial.
Mañana, segunda jornada, con los horarios cambiados y con unas previsiones meteorológicas no demasiado buenas. Para los apostadores Tiger sigue siendo favorito, aunque no tanto como Rory McIlroy, que le quita cierto protagonismo. Habrá que ver como aguantan los dos mañana la presión de estar tan arriba en la clasificación y si las sorpresas vuelven a saltar en un viernes que se promete emocionantísimo con el corte y la lucha por colocarse bien en la clasificación de cara al fin de semana.
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