La candidatura alemana de la Ryder tiene en Langer un peso pesado, diría yo algo más. Langer era hasta ahora el gran bastión de esta opción aunque ahora le ha salido una ayuda extra que ha tomadosu relevo y que empieza a arrastrar simpatías con su juego, con sus victorias y con sus ganas de comerse el mundo. Hablamos de Martin Kaymer que más parece un jugador latino -casi español- que alemán, pero lamentablemente para nuestros intereses en la Ryder de 2018, Kaymer es alemán y, además, de pura cepa.
Su última victoria en el Abu Dhabi Championship es el primer paso a su gran objetivo este año. Quiere ganar dos torneos esta temporada, como ya hizo el año pasado, y quiere, sobre todo, meterse en el equipo europeo de la Ryder Cup. Eso sabe que ayudará a su país a intentar conseguir que en la Ryder de 2018 se pueda jugar en tierras alemanas y también a que además del apellido Langer se hable de Kaymer cuando se ponen en consonancia las palabras golf y Alemania.
Ante ese ataque foribundo de Kymer, hay que tener en cuenta que con esta victoria se ha colocado sexto del mundo, el golf español debe reaccionar y con prontitud. A la ilusión de la candidatura, el trabajo, las buenas instalaciones, la organización de torneos de máximo nivel y la implicación de los aficionados y las más altas jerarquías políticas hay que unir indisolublemente las victorias de nuestros mejores jugadores para que el peso específico de nuestra candidatura sean aún más convincente.
Las victorias de alemanes y franceses pueden ser a la larga muy perjudiciales para nuestros intereses organizativos, así que lo que hay que hacer es esperar que los nuestros sigan jugando bien e intenten sumar muchas victorias, entre otras cosas para que en la Ryder de octubre haya por lo menos dos de nuestros representantes. Yo apuesto por Sergio y Quirós. Ojalá que haya alguno más y que lo de Kymer no se convierta en un grano germano.