Haas comenzaba la jornada con desventaja, pero una gran tarjeta de 65 golpes, ocho por debajo del par, le permitió ganar el torneo emulando a su padre Jay Haas, que conquistó el Bob Hope Classic en 1988.
Un birdie en el último hoyo resultó clave para vencer por delante de sus compatriotas Bubba Watson y Matt Kuchar y del surafricano Tim Clark.