La primera jornada del Dow Championship arrancó con el siempre exigente formato de foursomes, donde las jugadoras comparten bola y se alternan los golpes, una modalidad que exige compenetración, estrategia y nervios templados. En este contexto, el torneo no tardó en mostrar su dureza, especialmente para algunas de las duplas españolas, mientras que otras lograron mantenerse a flote en una clasificación muy apretada. En lo más alto de la tabla se situaron la escocesa Gemma Dryburgh y la australiana Cassie Porter, quienes firmaron una sólida tarjeta de 66 golpes (-4). Su ronda se caracterizó por una gran consistencia, con cinco birdies y un solo bogey, lo que les permitió destacarse como líderes en solitario tras el primer día. Su compenetración fue evidente desde los primeros hoyos, mostrando una gran sincronía en el juego largo y una notable eficacia en los greenes. Esta actuación las posiciona como serias candidatas al título, aunque la clasificación sigue muy abierta.
A tan solo un golpe de las líderes, con 67 golpes (-3), se colocaron seis parejas empatadas en la segunda posición. Entre ellas destacan nombres como Leona Maguire y Jennifer Kupcho, Jodi Ewart Shadoff y Hsin-Yu Lin, Saki Baba y Yuri Yoshida, Jiyai Shin Im y Minjee Lee, y la dupla estadounidense formada por Lexi Thompson y Megan Khang. Todas ellas demostraron un gran nivel de compenetración y capacidad para adaptarse a las exigencias del formato. En particular, Maguire y Kupcho, ambas con experiencia en torneos por equipos como la Solheim Cup, supieron aprovechar su conocimiento mutuo para mantenerse firmes en los momentos clave.
En cuanto a las representantes españolas, la jornada fue una mezcla de luces y sombras. La dupla formada por Carlota Ciganda y la mexicana Gaby López fue la mejor posicionada entre las hispanohablantes. Con una tarjeta de 70 golpes, al par, lograron mantenerse dentro del Top 20, a solo cuatro golpes del liderato. Su ronda fue muy equilibrada, con 16 pares, un birdie y un bogey, lo que refleja una estrategia conservadora pero efectiva. Ambas jugadoras, conocidas por su capacidad para generar birdies, esperan aprovechar el formato de fourballs del viernes para escalar posiciones. La sensación general es que han superado con nota una de las jornadas más complicadas del torneo, y que tienen margen de mejora en los días venideros.
Por otro lado, Fátima Fernández Cano, que compite junto a la inglesa Caley McGinty, tuvo una jornada más irregular. Su tarjeta de 73 golpes (+3) las dejó en el Top 49, fuera de la zona de corte provisional, que se sitúa en +1. A pesar de comenzar con un birdie en el hoyo 2, su vuelta se vio lastrada por seis bogeys, compensados parcialmente por tres birdies. La falta de consistencia en los hoyos finales les impidió cerrar con una mejor puntuación, y ahora se ven obligadas a firmar una gran ronda en el formato de mejor bola para tener opciones de seguir en competición.
La nota más amarga para el golf español la protagonizó la pareja formada por Azahara Muñoz y Julia López Ramírez, quienes terminaron la jornada en la penúltima posición, con una tarjeta de 79 golpes (+9). Su actuación fue un claro ejemplo de cómo el formato de foursomes puede volverse en contra si no hay una compenetración perfecta. Desde los primeros hoyos, la dupla española se vio superada por las circunstancias, acumulando errores que les impidieron encontrar ritmo. La presión por remontar y la dificultad del campo hicieron el resto. Ahora, necesitarán una ronda épica en el formato de fourballs para intentar superar el corte, algo que se antoja complicado pero no imposible en un torneo tan volátil como este.
La clasificación, tras esta primera jornada, se presenta muy apretada. En apenas cuatro golpes se agrupan más de 30 parejas, lo que deja todo abierto para las próximas rondas. El formato de fourballs, donde cada jugadora juega su propia bola y se escoge el mejor resultado del hoyo, suele favorecer a las parejas con jugadoras agresivas y con capacidad para hacer birdies, por lo que se espera un importante movimiento en la tabla.