La primera jornada del Amundi German Masters, disputada en el exigente North Course de Green Eagle Golf, ha dejado una estampa de igualdad en lo más alto de la clasificación y una buena dosis de épica en la lucha contra un campo que no regala nada. Helen Briem, la joven amateur alemana de apenas 18 años, ha firmado una vuelta de cinco bajo par que la coloca en lo más alto junto a la inglesa Alice Hewson y la neozelandesa Amelia Garvey, en un triple empate con -5 que marca el ritmo de un torneo que promete emociones fuertes desde el primer golpe.
El recorrido, conocido popularmente como el “Monstruo Verde”, ha hecho honor a su apodo. Con casi 7.100 metros de longitud, se trata del campo más largo del calendario del Ladies European Tour y uno de los diez más extensos del mundo. Su diseño, plagado de obstáculos de agua —hasta 17 hoyos presentan este tipo de amenaza— y con calles estrechas que exigen precisión quirúrgica desde el tee, ha sido un auténtico test de paciencia y estrategia para las jugadoras. Inaugurado en 2008 y con una superficie de 86 hectáreas, el North Course fue concebido para acoger torneos de máximo nivel, y en esta edición del German Masters ha vuelto a demostrar por qué es considerado uno de los mayores retos del golf profesional femenino.
La climatología ha añadido una capa extra de dificultad. El viento ha soplado con fuerza durante buena parte del día, especialmente en las horas centrales, obligando a las jugadoras a ajustar sus estrategias y a pelear cada golpe. Las banderas, colocadas en posiciones comprometidas, han sido un factor determinante en la gestión del campo, y muchas vueltas se han visto condicionadas por errores mínimos que, en un escenario tan exigente, se pagan caros. A pesar de ello, el trío de líderes ha sabido encontrar el equilibrio entre agresividad y control, y sus tarjetas de 68 golpes son un reflejo de su capacidad para adaptarse a las condiciones.
Helen Briem ha sido una de las grandes protagonistas del día. La alemana, que juega como amateur, ha desplegado un juego sólido y maduro, impropio de su edad. Su conocimiento del campo y su temple en los greenes le han permitido evitar errores graves y aprovechar las pocas oportunidades de birdie que ofrece el recorrido. Su actuación ha sido especialmente celebrada por el público local, que ha seguido con atención cada uno de sus movimientos. Briem, que ya figura entre las diez mejores del ranking amateur mundial, ha demostrado que está más que preparada para competir al más alto nivel.
Alice Hewson, por su parte, ha vuelto a mostrar la consistencia que la caracteriza. La inglesa, que ya sabe lo que es ganar en el circuito, ha firmado una vuelta sin errores, con cinco birdies distribuidos de forma equilibrada entre ambas mitades del recorrido. Su precisión con los hierros y su capacidad para leer los greenes han sido claves para mantenerse en lo más alto. Amelia Garvey ha completado el trío de líderes con una actuación muy sólida, destacando especialmente en los pares cinco, donde ha sabido sacar ventaja con su potente pegada.
En cuanto a la representación española, la mejor noticia ha llegado de la mano de Marta Sanz. La madrileña ha entregado una tarjeta de 71 golpes, dos bajo par, que la sitúa en una posición privilegiada de cara a las siguientes jornadas. Su actuación ha sido una lección de oficio y determinación. Enfrentándose a un campo que penaliza cualquier despiste, Sanz ha sabido mantener la calma y construir una vuelta basada en la regularidad. Ha firmado tres birdies y un único bogey, y ha mostrado una gran solidez tanto desde el tee como en los greenes. Su rendimiento cobra aún más valor si se tiene en cuenta que el viento ha sido especialmente traicionero en su turno de juego, lo que ha obligado a ajustar constantemente las trayectorias y a tomar decisiones valientes.
El resto de la Armada ha tenido una jornada de luces y sombras. Algunas, como Luna Sobrón y Nuria Iturrioz, han mostrado destellos de su calidad, pero no han logrado mantener la regularidad necesaria para escalar posiciones. Otras, como Carla Bernat, que disputa su primer torneo del LET fuera de España, han pagado la falta de experiencia en un escenario tan exigente. Aun así, la actitud del equipo español ha sido combativa, y queda la sensación de que hay margen de mejora para las siguientes rondas.
El campo, además de su longitud y sus obstáculos de agua, presenta greenes rápidos y con caídas sutiles que exigen una lectura precisa y un toque fino. Las posiciones de bandera han sido especialmente exigentes en esta primera jornada, con varias ubicaciones al borde de plataformas que han obligado a las jugadoras a ser extremadamente precisas en sus aproximaciones. El rough, alto y espeso en algunas zonas, ha castigado duramente los errores desde el tee, y muchas jugadoras han optado por estrategias conservadoras para evitar meterse en problemas.
La meteorología ha sido otro de los grandes protagonistas del día. El viento, que ha soplado con rachas de hasta 30 km/h, ha condicionado la elección de palos y ha obligado a las jugadoras a modificar sus rutinas habituales. Las temperaturas, en torno a los 22 grados, han sido agradables, pero la humedad y la amenaza constante de lluvia han añadido un componente de incertidumbre que ha puesto a prueba la concentración de las participantes. A pesar de ello, el ritmo de juego ha sido fluido y el ambiente en el campo, muy animado, con una notable presencia de público local que ha respondido con entusiasmo a la cita.
En resumen, la primera jornada del Amundi German Masters ha sido un auténtico test de golf de alto nivel. El triple empate en cabeza entre Briem, Hewson y Garvey deja todo abierto para las siguientes rondas, y la actuación de Marta Sanz invita al optimismo en clave española. El “Monstruo Verde” ha mostrado sus garras, pero también ha ofrecido una plataforma ideal para que las mejores jugadoras del continente desplieguen su talento. Con la previsión de que el viento siga siendo un factor determinante en los próximos días, y con un campo que no da tregua, el espectáculo está garantizado. La lucha por el título promete ser apasionante, y la Armada española, con Marta Sanz al frente, está más que dispuesta a dar guerra.