En una jornada marcada por la tensión, la emoción y el renacer de un grande, Justin Thomas volvió a levantar un trofeo en el PGA TOUR. Lo hizo en Harbour Town Golf Links, en el tradicional RBC Heritage, y lo logró de la forma que mejor lo representa: con coraje, precisión y un putt ganador en el primer hoyo del desempate frente a Andrew Novak, su compatriota y gran revelación del torneo. Para Thomas, esta victoria tiene un significado muy especial. No solo representa su primera conquista de la temporada 2025, sino que también pone fin a una larga sequía que se remontaba al PGA Championship de 2022, cuando se coronó campeón por segunda vez en ese major. Desde entonces, los resultados esquivos, las dudas y una inconsistencia poco habitual en su carrera le habían alejado del protagonismo que acostumbraba. Hasta este domingo.
La semana de Thomas en Hilton Head fue una muestra de solidez creciente. Comenzó el torneo con una espectacular ronda de 61 golpes (-10), mostrando signos de recuperación en su juego largo y una calidad en los greenes fuera de lo normal. El viernes y el sábado volvio a pisar tierra firme con dos vueltas de 69 golpes que lo mantuvieron en las primeras posiciones de la clasificación mientras que el domingo con una ronda de 68 golpes y siguiendo siempre un guión muy preestablecido en su juego llegó hasta los -17 que le llevaron al Play-off final con Andrew Novak.
“Sentí que estuve más en control esta semana que en mucho tiempo. No me obligué a hacer demasiado, simplemente dejé que el golf fluyera”, explicó Thomas tras su victoria, dejando ver que más allá de lo técnico, el cambio fue también mental.
Aunque Thomas partía como uno de los nombres más conocidos en el field, su rival en el play-off, Andrew Novak, llegaba con un perfil completamente distinto. Novak, de 29 años, había firmado un torneo casi perfecto, con rondas de 68, 65, 66 y 68 golpes para llegar a ese -17 final. Sin grandes estridencias, pero con un juego extremadamente eficiente y seguro, Novak se abrió paso entre los favoritos y se ganó su lugar en el momento cumbre del torneo. El público, que tradicionalmente apoya con entusiasmo este evento pos-Masters en Carolina del Sur, vibró con la posibilidad de ver a Novak conseguir su primera victoria en el PGA TOUR. Y aunque no lo logró, su desempeño dejó una grata impresión, aunque la realidad es que su apoyo fue también incondicional para un Thomas que sigue siendo uno de los grandes nombres del golf mundial.
“Me voy con sentimientos encontrados", decía el estadounidense. "Estuve muy cerca, pero también estoy muy orgulloso de cómo jugué. He trabajado mucho para estar en este tipo de situaciones”, dijo Novak, quien seguramente capitalizará esta experiencia para consolidar su crecimiento en el circuito.
El RBC Heritage, uno de los mejores torneos del PGA Tour a lo largo de la temporada, no podía tener un desenlace más icónico que el hoyo 18 del Harbour Town, con el mítico faro rojo y blanco como testigo. Ese par 4 de cierre, flanqueado por el puerto y con un green traicionero, fue el escenario del play-off entre Thomas y Novak. Ambos jugadores habían finalizado su ronda regular con par, una muestra del momento extra de tensión que atravesaban. En el primer hoyo de desempatre Thomas tomó la iniciativa desde el tee, conectando una madera 3 muy sólisa que le dejó en una posición ideal para atacar la bandera. Su segundo golpe, un hierro preciso, aterrizó a poco más de seis metros del hoyo. Novak, por su parte impacto también de manera perfecta su madera 3, algo más largo que Johnson, pero su golpe de aproximación se quedó corto y su putt para birdie rozaba los 12 metros, casi el doble que el de Thomas.
La tensión era palpable. Novak pateó primero, quedándose corto en su intento de birdie. Entonces llegó el turno de Thomas, quien, con la confianza de sus grandes jornadas, ejecutó un putt limpio, firme y al centro del hoyo. Celebración, aplausos, y una emoción contenida que finalmente se desbordó.
Para Justin Thomas, esta victoria es mucho más que un trofeo más en su vitrina ,aunque ya suma 16 en el PGA TOUR. Es una señal clara de que su juego, tras un período de incertidumbre, ha vuelto a encontrar su camino. Durante el último año y medio, Thomas vivió momentos difíciles: fallos inesperados en cortes, salidas tempranas en torneos importantes y una clasificación al límite para la FedExCup. Su rendimiento generó incluso dudas sobre su presencia en la Ryder Cup de hace dos años, pero los campeones, dicen, siempre encuentran la manera de volver.
“Hubo muchas veces en las que me miré al espejo y me pregunté si volvería a sentirme así, con confianza, con convicción. Esta semana, algo hizo clic. Mi equipo, mi familia, todos han sido fundamentales en este proceso”, reconoció Thomas. Además, esta victoria lo catapulta nuevamente en la carrera por la clasificación a los playoffs de la FedExCup, le da puntos valiosos en el ranking mundial y, sobre todo, lo posiciona con fuerza de cara a los próximos majors, comenzando por el PGA Championship del próximo mes.
El RBC Heritage se ha consolidado con los años como uno de los torneos más queridos por los jugadores y los aficionados. Celebrado una semana después del Masters, suele contar con un field competitivo y una atmósfera relajada pero intensa. Harbour Town, con su diseño estratégico y sus greenes pequeños y difíciles, pone a prueba a los mejores sin necesidad de ser largo ni brutal. Este año no fue la excepción. Las condiciones del campo estuvieron impecables, con greens rápidos, vientos cruzados en varios hoyos clave y una audiencia entusiasta que llenó las gradas y acompañó con calidez cada jornada. La victoria de Thomas se inscribe dentro de un historial de campeones ilustres en Hilton Head, como Matt Kuchar, Webb Simpson, Stewart Cink o el propio Jordan Spieth, quien ganó en 2022. Este torneo sigue demostrando que no hay que subestimar a los que vienen en silencio… ni olvidar a los que parecen haber perdido su forma.
Con este triunfo, Justin Thomas se convierte en uno de los grandes animadores del circuito en esta parte de la temporada. No solo por su rendimiento, sino también por el mensaje que envía: está de regreso, competitivo, con hambre de más y además se coloca segundo en la clasificación de la FedEx Cup y con casi los dos pies dentro del equipo de Keegan Bradley para la Ryder del próximo mes de septiembre.
Ahora quedará por ver si puede mantener este nivel en los torneos de mayor jerarquía que se avecinan, pero lo cierto es que su nombre vuelve a generar respeto. Y él lo sabe. “Ganar siempre es especial. Pero hacerlo después de tanto tiempo, de tanto trabajo en la sombra, lo hace aún más significativo. No sé si esto marca el inicio de una nueva etapa, pero sí sé que estoy listo para seguir compitiendo al más alto nivel”, concluyó Thomas, con el trofeo en mano y una sonrisa que no necesitaba explicación alguna.
Tras los dos primeros clasificados, protagonistas del Play-off terminaron cerca de la victoria empatados con -14 cuatro jugadores, Daniel Berger, McKenzie Hughes, Brian Harman y Maverick Mcnealy mientras que el número 1 del mundo y defensor del título, Scottie Scheffler, terminó octavo con -12.