Según un acuerdo de la USGA y el R&A, que entrará en vigor en 2026, las bolas de golf volarán menos gracias a una regla local que se establecerá sólo en los torneos profesionales y que, por lo tanto, no afectará a las competiciones de los golfistas amateurs.
Un acuerdo al que se ha llegado después de que ambos organismos oficiales hayan estado trabajando desde hace tiempo con los fabricantes de bolas de golf que ya han recibido la propuesta y que tendrán mediados del mes de agosto para enviar sus comentarios e ideas al respecto.
Está claro que el golf actual, con los nuevos materiales y la preparación física de los jugadores está cerca del límite de distancia. Los campos no se pueden hacer muchos más largos y los torneos se han convertido ya en un concurso de pegada con segundos golpes en muchos casos muy cortos y sencillos que hacen que el golf haya perdido mucha de la emoción de antaño y que en muchos casos los resultados al final del torneo de los primeros clasificados superen ampliamente los 20 0 25 bajo par.
Esta nueva normativa hará que las nuevas bolas bolas vuelen menos y que no superen la distancia establecida como límite, las 317 yardas (con tres de tolerancia) en unas condiciones reales de lanzamiento: una velocidad media de swing de 127 millas por ahora con 11 grados y 37 revoluciones por segundo (2220 rpm) mientras que el resto de bolas -las que usarán los amateurs- tendrán un límite de test de 120 mph en su velocidad de swing con una configuración de 10 grados y 42 revoluciones por segundo (2520 rpm).
Una decisión que llega después de un análisis muy concluyente que asegura que en los últimos 20 años la distancia con el driver en los torneos profesionales ha aumentado en una yarda por año y que hará que a partir de 2026 en los torneos profesionales la distancia media con el driver pueda reducirse entre 14 y 15 yardas.
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