‘Lo que mal empieza, mal acaba’ podría ser la frase que defina la primera jornada de Tiger Woods (+6) en St.Andrews, pues su vuelta arrancaba con un doloroso doble bogey en el hoyo 1, después de mandar su bola al agua en el segundo golpe por tener la mala suerte de haber reposado en una chuleta en calle.
A partir de ahí, otros tres bogeys en los hoyos 3, 4 y 7 fulminaban de un plumazo las aspiraciones de Tiger en esta 150 edición del Open Championship. Un rayo de esperanza iluminaba la vuelta de Woods, y a los miles de aficionados que le seguían, con dos muy buenos birdies consecutivos en el 9 y en el 10, pero rápidamente se volvía a ver frenado con los errores en el 11 y 13.
Finalmente, una vuelta de 78 golpes, su peor registro en este campo de St. Andrews, y más de seis horas en el campo, algo que sin duda no ayuda a su estado físico, y menos cuando este viernes jugará en el turno de mañana, apenas 12 horas después de haber terminado su primera jornada.
Si bien es cierto que apenas es el tercer torneo de Woods en la temporada, pero las sensaciones no son buenas, aunque el propio Tiger ha declarado al terminar que su juego ha sido mejor que el resultado, y que es consciente de que mañana le toca hacer un 66 para pasar el corte, “porque los demás han hecho sus deberes hoy, y a mí me tocará hacerlos mañana”, comentaba al verse en el puesto 146º de la clasificación.
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