Tiger Woods, sobre él que estaban puestos los ojos del golf mundial en este su segundo Major de la temporada, no estaba muy satisfecho tras su primera vuelta en Southern Hills. Y sus problemas venían casi todos de su pierna derecha y de sus dolores. "Me duele un poco... no siento la pierna tan bien como me gustaría tenerla. Comenzaremos el proceso de recuperación y nos ocuparemos de eso mañana", admitió Woods después de empezar con 35 golpes en sus nueve primeros y 39 en los nueve segundos.
Su 74 dejó al 15 veces campeón de Grand Slam a nueve golpes de su compañero de juego Rory McIlroy, quien marcó el ritmo del turno ola matutino con un 65 bajo par. El cuatro veces ganador del PGA Championship se resignó a pasar varias horas alternando entre fisioterapia y baños de hielo hasta que su segunda ronda comienze el viernes por la tarde.
“Simplemente no puedo cargarla demasiado. Cargar duele, presionarla duele, caminar duele y torcerse duele”, agregó Woods sobre su pierna llena de clavos después del accidente automovilístico del año pasado.
Pero no era solo el dolor lo que molestaba a Tiger. Woods cogió solo siete grenes con un juego con los hierros bastante pobres.
“No pegué muchos buenos tiros con los hierros. Le pegué bien con el driver, pero mis golpes con los hierros no fueron muy buenos2, se lamentó Woods. “Tuve un gran comienzo pero no lo mantuve. Realmente no me di ninguna opción de birdie en la vuelta. Estaba luchando tratando de llevar la bola al green pero fallé bastantes tiros con los hierros. Fue un día frustrante", dijo.
“Todos los tiros de búnker salieron muy rápidos. La arena es mucho más rápida de lo que pensé que sería. Supuse y supuse mal" agregó.