Y llegó el sábado, "el día del movimiento" en el Masters de Augusta, que suele ser en este torneo un día bastante moido y Tiger Woods, sin duda la estrella más rutilante del torneo, se ha dado de frente con la dura realidad de este Masters y, quizá, con su dura realidad.
Los dos primeros días Tiger Woods ha vivido en una auténtica nube. Por un lado sabiendo el en sus propias carnes lo que le ha costado llegar hasta aquí y por otra la visión de los aficuionados y de sus seguidores de que Tiger es de acero, indestructibe y casi con poder sobre los designios del destino.
Sin embargo, hoy la dura realidad ha llegado para él en el campo de golf en una vuelta muy mala de 78 golpes, donde se le ha visto algo cansado y sin el brillo que habíamos visto durante los primeros 36 hoyos en los brilló de nuevo al máximo. Y es que con la lluvia, con el terreno mucho más pesado, con la bola rodando menos y con el cansancio acumulado, el ex néumero 1 del mundo ha terminado su tercera vuelta con esos duros 78 golpes firmados tras hacer cinco bogeys, dos doble bogeys en el 5 y el 18 y tres birdies que han maquillado algo una vuelta que pod´ria haber sido un desastre.
En el total del torneo Tiger arrancará mañana con +7 en los primeros partidos del día y sin el brillo de otras ocasiones. Pero que nadie se equivoque. Lo que está haciendo esta semana Tiger Woods es muy grande y da la sensación de que el golf jamás se lo podrá pagar.
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No(
