Era el partido que atraía todas las miradas en la jornada de mañana en el Club de Campo de Campo Villa de Madrid. Jon Rahm, foco de atención absoluto del público, tenía turno de tarde. La gente que se acercó bien pronto a ver golf en directo a la Madrid tuvo claro que tocaba seguir a Rafa Cabrera Bello. La gente quiere a Rafa y el canario algo tiene con esta ciudad porque nunca defrauda cuando juega aquí.
El canario abría fuego desde el tee del 10 y a las primeras de cambio ya estaba sacando el puño a pasear. Primer hoyo y primer birdie gracias una espectacular golpe desde el bunker de calle del 10. Esa trampa de arena tiene a los jugadores locos desde el jueves. Si pasan por ese tee verán una colección de palos que no se ve en otro hoyo del campo. Driver, madera 3, driving iron e incluso hierros 3 y 4. En el partido de Rafa el canario salió con driver, Richard Bland con madera 3 y Min Woo Lee con un hierro largo. Rahm el jueves también eligió madera 3.
Ese inicio era justo lo que necesitaba Cabrera para borrar los fantasmas que le llevan lastrando los últimos dos años y toda una demostración de intenciones de lo que vendría. Dardo en el 11 y en el 12 (la botó a medio metro) y menos dos en tres para un comienzo prometedor.
En el partido el espectáculo lo puso el Lee. El australiano metía entre 20 y 30 metros en todas las salidas a sus compañeros desde el tee con el driver gracias una velocidad de swing salvaje. Mueve el palo que da miedo. Llamativo lo bajo que pone el tee, para un amateur es mareante ver donde pincha la bola y donde la pone. En cambio el británico, que llegó a liderar la última edición del US Open, lo que puso al partido es tedio. A niveles casi de Bryson Dechambeau, cada golpe era una eternidad. En el tee del 17 fue exagerado, se quedó parado delante de la bola un minuto antes de golpear.
El canario pasó los primeros nueve hoyos dos bajo par y no fue seis o siete menos por el problema que lleva arrastrando desde la temporada pasada. Los putts de entre metro y medio y tres metros no quieren entrar. Especialmente doloroso fue el del 18 (9 de la ronda para él). Su wedge de segundo golpe fue una delicia que levantó los aplausos de la imponente grada que adorna el último hoyo del campo pero Rafa no consiguió embocar. Justo era la distancia que le lleva condenando meses.
El driver funcionaba de lo lindo, partió la calle en el 13 y 14. Precisamente en el 14 deleitó a las alrededor de 100 personas que le seguían con un approach por bajo mágico. La bola hundida en el rough y con el bunker delante molestando pero las manos del canario son mantequilla en ese tipo de situaciones. Una lástima que el putt cuesta abajo de metro y medio no encontró el agujero. Hay que resaltar como afronta las adversidades el canario. Ni un mal gesto, ni una mala cara y eso en un deporte como el golf, plagado de frustraciones, es de agradecer.
Comenzó los segundos nueve de su vuelta por un tee del 1 que ya estaba abarrotado y eso que faltaban todavía dos horas para que Rahm empezara su ronda. Continúo la solidez desde el tee y empezaron a aparecer los birdies. Aprovechó los dos pares cinco, incluyendo un putt en el 7 de los que no entraron en todo el día. Significativo como volvió a sacar el puño. La guinda la puso en el hoyo 9. Hierro maravilloso desde el tee, otra vez en la distancia incómoda de tres metros y otra vez para dentro. Como empiece a calentar el putt mucho ojo con el canario. Puso un -10 en casa club tras una vuelta fantástica de 65 golpes sin bogeys en la tarjeta.
Es más que evidente que en algún momento va a darle la vuelta a la situación y que mejor lugar que en este ACCIONA Open de España presented by Madrid.
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