Seguro que esta edición del torneo olímpico masculino no le va a dejar indiferente a nadie. Esta semana nos ha dejado de todo: el varapalo de ver como Jon Rahm se quedaba sin una medalla con la que ya contábamos por culpa de su positivo en Covid-19 hasta las eternas jornadas a las que nos ha obligado la meteorología, pasando por ver como los dos españoles iban diluyendo sus opciones de medalla a medida que discurría la competición.

Y para colmo, un play-off como fin de fiesta. Un desempate necesario para conocer quien subiría al tercer peldaño del podio para colgarse el bronce en Tokio 2020 y que prácticamente se iba a convertir en una especie de minitorneo con nada menos que siete aspirantes a la medalla; el inglés Paul Casey, el chileno Mito Pereira, el colombiano Sebastián Muñoz, el irlandés Rory McIlroy, el estadounidense Collin Morikawa. el japonés Hideki Matsuyama y el taipeño C.T. Pan.
Cinco de ellos firmaban el par en el primer hoyo extra, mientras que el inglés y el japonés perdían sus opciones de medalla. Para el segundo intento de desempatar, el hoyo elegido fue el 10, un par 3 que no consiguió apear a ninguno de los cinco supervivientes así que el pelotón pasó a jugar el hoyo 11 donde solo Pan y Morikawa, ambos con birdie, avanzaron hacia el cuarto hoyo extra. Con el play-off reducido a un duelo sobre el 18 del que C.T. Pan salía con el cuarto bronce para su país en estos Juegos.

En cuanto a la medalla de plata, la sorprendente remontada con la que el esloveno Rory Sabbatini ha completado el domingo ha hecho que pasara de estar fuera incluso de los diplomas a colgarse una de las cuatro medallas que hasta ahora ha sumado su país. Por cierto, que la de Sabbatini es la única de plata y, ya de paso, hacer historia al completar la vuelta más baja en la historia del golf olímpico. La verdad es que analizando su tarjeta no extraña mucho que llegara al podio. Antes del hoyo 9 donde firmó el primero de sus dos bogeys, el otro lo dejó para el hoyo 16, Rory había firmado cuatro birdies y un eagle. Una racha que continuaba en la segunda parte del día donde restaba otros seis golpes, el último en el 18 para que esa medalla supiese aún mejor.
Pero si hay un verdadero objetivo en los Juegos Olímpicos es la medalla de oro. Todavía con el recuerdo del primer oro olímpico tras 112 años de ausencia del golf colgada del cuello de Justin Rose, fue Xander Schauffele quien se subió a lo más alto del cajón en Tokio. El estadounidense partía como líder y comenzó con toda una declaración de intenciones, dos birdies en los dos primeros hoyos para ponerse a tres golpes de Matsuyama y completar la primera mitad del domingo restando otros dos golpes. Ya en la segunda parte, mucho más discreto, Schauffele solo lograba firmar un bogey y un birdie para hacer buenas las rentas de la primera mitad y proclamarse campeón.
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