Rory McIlroy se ha llevado la FedEx Cup después de una última ronda diferente.
El norirlandés lo ha confesado al final. "Quería ser un poco como Brooks Koepka", decía en el "mejor halago que puedo hacerle". Todo venía de hace un mes, cuando en Memphis, en el WGC St. Jude Classic, McIlroy salía con opciones de victoria frente al número uno del mundo. Entonces Koepka "salió a dominar y me dominó con 65 golpes", recordaba McIlroy que hizo 71.
El nuevo campeón que ya tiene las victorias de la FedEx Cup en 2016 y 2019 asegura que "hacer algo que sólo ha conseguido Tiger es bueno", y recuerda que "normalmente salía el domingo con la misma actitud que un jueves y viernes, y no es correcto, hay que salir más agresivo". Eso es lo que aprendió de aquella semana en Memphis.
Después de la mañana dominical, cuando Rory McIlroy se puso a tiro de Koekpa, en la cuarta ronda disputada por la tarde el norirlandés firmó 66 golpes con seis birdies, dos en el 17 y 18, y dos bogeys que supo gestionar bien. La temporada de McIlroy, con tres victorias (The Players, Canadian Open y Tour Championship), y 14 top ten, fue vigésimo primero en el Masters, octavo en el PGA, noveno en el US Open y no pasó el corte en The Open.