Al parecer la ausencia de jóvenes en los oficios religiosos ha llevado a la Iglesia anglicana a tomar la determinación de intentar promover la fe a través de actividades lúdico-educativas en el entorno de la Catedral de Rochester, la segunda más antigua del Reino Unido.
A la primera de esas actividades no le falta originalidad. Esta vez los fieles que quieran rezar o reflexionar en la nave central de la Catedral, tendrán que hacerlo jugando al golf. O, mejor dicho, al minigolf. Una medida que ha levantado ampollas entre la comunidad católica que mantiene la idea de que el templo les fue “robado” durante la Reforma; y que tampoco gusta a muchos anglicanos que la han tildado de “sacrilegio”.
Según Rachel Phillips, canóniga de Misión y Crecimiento de la Catedral, el objetivo del minigolf es dar a los jóvenes “la oportunidad de aprender mientras practican una actividad lúdica, en lo que para muchos podría ser un edificio que nunca han visitado antes.”
El recorrido, que consta de 9 hoyos e incluye réplicas del puente romano de Rochester, así como el de Queen Elizabeth II en Datford.
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