Esta semana el número preferido es el 17. En ese hoyo se ha podido ver lo mejor y lo peor del golf, las emociones más fuertes y sobre todo la magia de este deporte.
The Players Championship, el Quinto Grande, ha sido una prueba tan disputada que a falta de tres hoyos todavía tenían opciones de ganar un puñado de jugadores. Pero claro, los hoyos que quedaban eran claves. Las opciones de eagle y de birdies se sucedían en el hoyo 16, pero allí esperaba el 17 para frenar las alegrías. Y después en el 18 nadie se libraba de la tensión con el agua buscando a quién devorar.
Pero sin duda en el 17 se han abierto y cerrado las puertas. En ese Green en isla tan visitado, tan practicado y tan aplaudido, Jim Furyk falló un putt clave para birdie que le podía haber catapultado a la victoria con 48 años. Brandt Snedeker tampoco embocó para birdie en el momento clave. Jhonattan Vegas si logró hacer un birdie kilométrico para ponerse en la pelea, lo mismo que Eddie Pepperell. Allí Tommy Fleetwood se fue al agua después de hacer un eagle en el 16, y Jon Rahm también cayó en la trampa obligado a forzar para no perder comba. En ese hoyo, Tiger se fue al agua en la segunda ronda para naufragar en este Quinto Grande con un cuádruple bogey, algo que no hacía desde 1999.
Sólo viendo el hoyo 17 se podía resumir el torneo, una prueba que ha hecho disfrutar a todos los aficionados porque muchos jugadores han estado rozando la victoria. Todos han tenido sus subidas y bajadas de tensión, un estímulo que ayuda también al espectáculo.
Número mágico el 17 para un torneo lleno de chispa.