No podía estár más feliz el jugador de Barrika que no había tenido un buen comienzo en esta Ryder Cup perdiendo los dos partidos de parejas que había jugado el viernes y el sábado.
El viernes, tras el primer partido disputado que jugó con Rose como pareja cayo por un hoyo frente a Finau y Koepka a pesar de haber hecho un gran partido pero Rahm estaba casi hundido. Pero allí, en París, estaba José María Olazábal, el capitán, que estuvo habolando con el tras la derrota y charlando de como llegar allí no había sido fácil y tampoco lo iba a ser ganar algún punto.
Tras diez o quince minutos de charla, Rahm salió como nuevo y otra vez dispuesto a comerse al mundo y hoy, tras tocarle en suerte Tiger Woods -era el jugador que Jon quería para los individuales- era uno de los tipos más felices del mundo tras haber derrotado al que para él ha sido siempre una referencia.
"Tiger ha sido mi referencia durante muchos años. He crecido admirándole, viendo ganar torneo tras torneo y Major tras Major.Tenía claro que jugar esta Ryder no iba a ser fácil, ganarla tampoco y ganar algún partido también iba a ser complicado. No estuve bien durante los dos primeros días pero esta victoria me ha dado una alegría enorme. Es cierto que cuando he metido el último putt no he podido contenerme. Llevaba mucha presión encima, no sólo por esta Ryder y la victoria ha sido una liberación para mí.
Enseguida he ido a explicarselo a Tiger Woods y lo ha entendido perfectamente. El es un gran jugador y su vuelta ha sido increible. Es verdad que cuando hemos terminado he empezado a llorar y Tiger me ha visto. La victoria y el punto han sido importantes pero más importante es la victoria del equipo", dijo.