Ya no hay vuelta a trás. Estamos en el punto sin retorno. Los que se han subido al carro del golf no pueden bajarse porque vienen las curvas y los acelerones. A menos de un mes del primer Major, Augusta espera a las fieras, los malabaristas y los magos que ya están luciendo su espectáculo en otras pistas cercanas.
La celebración del WGC de México con la victoria de Phil Mickelson y el segundo puesto de Justin Thomas dio mucho que hablar, pero esta semana Tiger Woods se ha puesto el traje de estrella. "Estoy mejorando cada vez" asegura, y no hace falta que lo diga. De cuatro pruebas disputadas ha fallado un corte, ha terminado vigésimo tercero, décimo segundo y ahora segundo con opción de jugar un play off.
Tiger ya ha vuelto a levantar a las masas y ha conseguido devolver al golf algo que estaba añorando, un dominador. Es difícl pensar que va a dominar como lo hacía, pero su presencia entre los primeros puestos ha hecho vibrar todas las estructuras y los que vienen de atrás tendrán que esmerarse.
La semana ha dejado también otros nombres que no pueden pasar desapercibidos. De entrada Paul Casey, que ha ganado precisamente contra un Tiger que venía acelerando.El inglés vuelve a saborear la victoria en el PGA nueve años después y avisa a Thomas Bjorn de cara a la Ryder. Y Sergio García, que con una última ronda de campeón ha terminado cuarto dejando claro que no tiene intención de quedarse atrás.
Otro protagoista ha sido Pablo Larrazábal, que ha peleado por el triunfo en La India y ya suma tres top 5 esta temporada. La victoria se ha ido para Matt Wallace, pero el golf de Larrazábal da también algunos avisos de que pronto llegará el éxito.
El Circo del golf vuelve a traer el mayor espectáculo del mundo, ahora con todas las estrellas preparando su mejor número.