La semana ha dejado varios nombres propios grabados en un sendero de gloria. El primero en salir es el de Justin Rose. Su victoria en el Turkish Airlines una semana después de ganar en el HSBC WGC Championship le deja como claro favorito para llevarse la Race to Dubai. Ya lo había avisado el inglés que recupera a lo grande el ritmo de triunfos que no saboreaba desde su medalla olímpica de Río.
Pero junto a Rose, esta semana hay que hablar de Pedro Oriol y Scott Fernández, que han conseguido la tarjeta del Tour Europeo después de un año sensacional en el Challenge. Pedro Oriol acaba décimo tras cuatro top ten y una victoria, mientras que Scott Fernández termina décimo cuarto gracias a cinco top ten. Los dos han brillado en una final siendo séptimo y tercero respectivamente, lo que les ha confirmado como jugadores del Tour.
En el mundo, Japón ha sido escenario de mucho golf. Primero por la cuarta cita de la gira asiática de la LPGA, donde Shanshan Feng ha revalidado el título que consiguió el año pasado. Y segundo por el inicio de la otra gira, política, del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por Asia. 13 días que han empezado con una partida de golf con el primer ministro japonés Shinzo Abe. La crisis de Corea del Norte será una de los temas a tratar estos 15 días y nada mejor que hacerlo en un clima distendido.
Mientras, digerida la vuelta de Tiger, el propio ex número uno empieza a poner vendas antes de la herida, y ha declarado que la tecnología empieza a dar miedo. Woods cree que la bola vuela demasiado y que el material está quitando protagonismo a la calidad de los jugadores, una advertencia que ya hizo Severiano Ballesteros y que ahora vuelve a la mesa de debate.
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