Y es que las cosas han cambiado mucho desde 1953, cuando los argentinos Antonio Cerdá y Roberto de Vicenzo consiguieron en Montreal (Canadá) el triunfo inaugural en esta competición que en la que España ha ganado en cuatro ocasiones, dos de ellas con Manolo Piñero como integrante de la dupla española y ha terminado segunda en siete ocasiones.
“La primera fue en 1976, con Seve Ballesteros, en Palms Springs, en California, en Estados Unidos y la segunda sietes años después, en 1982, -en 1981 no hubo torneo- esta vez con José María Cañizares en Acapulco, en México. También gané el trofeo individual ese año aunque, desde luego, lo importante era ganar la Copa, el torneo por equipos”, asegura Manolo Piñero.
“Entonces la Copa del Mundo tenía mucha importancia y peso específico en el golf mundial. La Ryder no era lo que es hoy y la Copa del Mundo era ese Mundial en el que estaban los mejores del mundo y una cita imprescindible en el calendario. Allí han jugado profesionales de la talla de Arnold Palmer, Sam Snead, Jack Nicklaus, Gary Player, Lee Treviño, Johnnie Miller, el propio Seve Ballesteros, Ian Woosnam, Greg Norman y tantos otros y además se potenciaban lugares que hoy son habituales de los grandes circuitos pero que en aquellos años 70 y 80 no eran para nada golfísticos como Tailandia, Filipinas, Grecia, Indonesia, Singapur o Venezuela”.
Piñero, que este pasado mes de agosto capitaneó el equipo español de los Juegos Olímpicos, destacaba también las ganas del golf mundial en relanzar esta fecha. “Creo que se ha apostado fuerte por la Copa del Mundo. Siempre habrá jugadores que no puedan o quieran ir por los calendarios tan exigentes que viven, porque es un torneo que llega al final de temporada, pero es verdad que un campeonato como este tenga ocho millones de dólares en premios puede ser un gran atractivo para los que van”.
Cuando nosotros jugábamos la Copa del Mundo nos pagaban el billete de ida y vuelta, la manutención y el hotel, y para de contar. No había un duro pero lo más importante para nosotros era levantar esa Copa que pesaba una barbaridad. Recuerdo un viaje que hicimos Seve y yo a Japón. Jugamos dos o tres torneos allí y es cierto que ganamos bastante dinero pero, claro, luego llegábamos a la Copa del Mundo y ni un duro. Pero no nos importaba, lo que queríamos era ganar la Copa”.
Sobre las posibilidades de España en esta edición de la Copa del Mundo, Manolo lo tiene claro. “Creo que son una pareja estupenda, dos grandísimos jugadores y que pueden optar a conseguir la quinta victoria para el golf español en este torneo. Este año ha sido muy bueno para Rafa y Jon ha llegado de la manera que lo ha hecho a la PGA después de un periodo universitario excepcional. Les deseo lo mejor”.