Recuerdo un cuento que escuchaba cuando era pequeña en el que una niña iba por el bosque cantando, “Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo…”; esa valiente era Caperucita Roja, que no tenía miedo a quien aterrorizaba a todos, incluidos los más valerosos cazadores que no eran capaces de enfrentarse a la fiera. Sí lo hizo la niña que parecía más vulnerable. Y ganó.
Este cuento me ha venido a la mente tras la reciente renuncia de Jason Day, Rory McIlroy y Shane Lowry para representar a su país en los Juegos Olímpicos, siguiendo los pasos de Adam Scott, Vijay Singh, Marc Leishman, Louis Oosthuizen y Charl Schwartzel, la mayoría de ellos por el riesgo a contraer el virus Zika.
Sin embargo las chicas, mucho más valientes y conscientes de lo que supone representar a tu país en la competición más importante de la historia del deporte, no han dudado en ningún momento en continuar su lucha por ganarse el honor de disputar los primeros Juegos en los que el golf vuelve a ser olímpico después de más de cien años relegado. Y eso que ellas serían las más perjudicadas en caso de quedarse embarazadas, en los seis meses siguientes a contraer el virus.
Ni Lydia Ko, número 1 del mundo, ni Brooke Henderson, actualmente 2ª, ni el batallón de coreanas que se dan codazos por estar allí, ninguna de ellas tiene la más mínima duda de estar en Río de Janeiro este verano.
Y así nos lo confirma Marta Figueras-Dotti, capitana del equipo femenino español de golf, que acaba de estar con las jugadoras en el segundo Grande de la temporada: “En ningún momento, ninguna de ellas ha tenido la más mínima duda de ir. Yo les he dicho, sólo tenéis que tener cuidado de no quedaros embarazadas y Azahara me dijo: ‘Si yo tengo que esperar tres años a tener una familia, espero, pero no me lo pienso saltar porque no sé si volveré a estar en unas Olimpiadas’. La australiana Karrie Webb, que se rumoreaba que se lo estaba pensando, me dijo ‘¿Qué no voy a ir? La única razón por la que estoy jugando este año, es por los Juegos Olímpicos’. Las coreanas están dándose palos por clasificarse. Creo que ha sido una decisión muy drástica la de los que se han retirado; es su decisión y habrá que respetarla pero no estoy de acuerdo. Es muy triste, y hace mucho daño al golf”.
Todos estos jugadores que han tomado la decisión de retirarse, han viajado a torneos por todo el mundo, jugando en lugares con otros riesgos mucho mayores. A pesar del calor que estamos viviendo aquí, en esa parte del mundo es invierno, lo cual significa que los mosquitos están menos activos. El COI está tomando todas las medidas necesarias para evitarlo, reforzando las instalaciones y preparando provisiones de Relec (el repelente más fuerte anti mosquitos de cualquier tipo) para todos los deportistas.
Yo no salgo de mi asombro, la verdad, y como esto es un artículo de opinión, daré la mía. Creo que esta decisión va por otros derroteros. Que aquellos que se han retirado, no tienen miedo al mosquito sino a algo más. No estamos en los años 50, 60, 70 en los que se tenían los los hijos que Dios nos quería dar, sino que todo el mundo planifica la formación de una familia, y para ello hay medidas profilácticas.
Que conste no estoy acusando a nadie, pero sí es cierto que, desde que empieza el periodo olímpico, todos los jugadores que representarán a su país, pueden recibir y de hecho ya están recibiendo las visitas del comité anti dopaje en sus domicilios, a horas inesperadas, para hacer controles mucho más estrictos de lo que están acostumbrados en sus circuitos. Este es un riesgo que hay que correr. Y esto me recuerda al libro de Astérix y Obélix en los Juegos Olímpicos, en el que los ganadores tenían la lengua azul porque se habían tomado una poción mágica. No queremos lenguas azules en las Olimpiadas.
A mi no me convence para nada el argumento del calendario, de la FedEx, y esas excusas con las que se están retirando de los Juegos Olímpicos. Si hay algo más grande para un deportista, debe ser representar a su país en la competición más importante de la historia del deporte mundial, y eso son las Olimpiadas. Después de años luchando por que se reconozca el golf como deporte olímpico, hará mucho daño que los mejores golfistas decidan no ir por miedo a un mosquito.
Estos jugadores que se han retirado de Río de Janeiro, ¿han pensado en la posibilidad de jugar en Tokio en el 2020? ¿Consideran aquel un país más civilizado y no dudarán en ir? ¿Estarán ya organizando su calendario para entonces? El golf es un deporte con un que pone a todo el mundo en su sitio, que el que hoy está arriba, mañana puede estar abajo. Y quizás su sitio no sea en los siguientes Juegos Olímpicos. Nunca se sabe. Lo que queda claro es que las mejores golfistas del mundo sí estarán en Río de Janeiro en estas Olimpiadas. Sin miedo a nada. Dispuestas a ganar. Bravo por ellas