Sergio García regresaba al Club de Campo Villa de Madrid con la ilusión intacta y el recuerdo imborrable de su victoria en el Open de España de 2002. Veintitrés años después, el castellonense volvía a competir ante su afición en uno de los torneos más emblemáticos del calendario del DP World Tour, con la esperanza de reencontrarse con su mejor versión en un escenario que conoce como pocos. Sin embargo, tras las dos primeras rondas del torneo, García se encuentra lejos de los puestos de cabeza, con un acumulado de -1 que lo sitúa en posiciones discretas de la tabla, aunque todavía con opciones de escalar durante el fin de semana.
En la primera jornada, Sergio firmó una tarjeta de 70 golpes, una vuelta marcada por la irregularidad, con momentos de brillantez alternados con errores que le impidieron aprovechar las oportunidades del recorrido madrileño. El viernes, en la segunda ronda, repitió resultado con otro 70, mostrando una mayor solidez en su juego largo pero sin lograr encadenar birdies que le permitieran dar un salto significativo en la clasificación. Su acumulado de 140 golpes lo deja a una distancia considerable del líder, el francés Ugo Coussaud, que con -10 encabeza el torneo tras dos vueltas impecables.
A pesar de no estar en la pelea por el liderato, García mantiene la motivación intacta y confía en sus opciones para el fin de semana. “No estoy donde me gustaría, pero el campo está exigente y aún queda mucho golf por jugar. Si consigo encadenar una buena ronda el sábado, todo puede pasar”, comentó tras finalizar su segunda vuelta, mostrando su habitual espíritu competitivo y el compromiso con el público español que lo ha acompañado durante toda su carrera.
El Club de Campo, con sus calles estrechas y greenes rápidos, ha exigido precisión y paciencia, y Sergio ha demostrado que, aunque los años pasan, su capacidad para competir sigue vigente. El sábado será clave para definir si puede meterse en la pelea por los puestos nobles o si su participación se limita a una actuación testimonial. Lo cierto es que, con su experiencia y el apoyo de la grada, nadie descarta una remontada que le permita cerrar el torneo con buen sabor de boca. El Open de España sigue abierto, y Sergio García aún tiene mucho que decir.
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