Rory McIlroy ha reescrito la historia al convertirse en el sexto jugador en conquistar los cuatro torneos del Grand Slam. El nombre del norirlandés se une así al de Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods, el último en lograrlo en el año 2000.
El nuevo dueño de la chaqueta verde logró, con birdie en el primer hoyo de desempate frente a Justin Rose, el ansiado triunfo que le faltaba en su palmarés. Sin duda, el título más emotivo de toda su carrera, después de aquel aciago domingo de 2011, cuando Rory manejaba cuatro golpes de ventaja y terminó finalizando fuera del top-15 tras firmar 80 golpes.
Este domingo, Rory salía con dos golpes de ventaja, pero en el primer e inesperado giro de guion de la jornada, el líder comenzaba con doble bogey en el hoyo 1, dilapidando la ventaja a las primeras de cambio. "Estaba realmente nervioso al comenzar. Fue casi como si ese doble bogey en el 1 me calmara los nervios un poco y me metiera en la ronda de una forma curiosa. Creo que, durante toda la semana, la forma en la que respondí a los contratiempos es lo que me llevaré de esta experiencia. No podría estar más orgulloso de mí mismo por eso y por haber sabido reponerme cuando lo necesitaba", comentaba Rory, vestido ya de verde.
En el hoyo 2, Bryson DeChambeau lograba un birdie y por primera vez destronaba a McIlroy de la cabeza del torneo. Llegó entonces el mejor juego y la reacción del tres veces ganador esta temporada (The Masters, The Players y el Másters de Augusta), y con birdies en los hoyos 3, 4, 9 y 10, lograba cuatro golpes de ventaja. Para entonces, la diosa fortuna quiso que, en el hoyo 11, la bola de Rory se salvara del obstáculo, mientras que la de Bryson terminaba en el agua, con un doble bogey final. Aunque el peor momento del torneo llegaría después, con el doble bogey del 13 y el bogey del 14: las diferencias se esfumaban. "Cuando pegué el golpe con el wedge al arroyo en el hoyo 13, creo que hice un gran trabajo recuperándome", reconocía
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Y es que Rory tiene estas cosas: a continuación, pegó uno de los golpes del torneo en el 15, dejándose un putt de eagle de tres metros que no convertiría, desperdició una oportunidad clara en el 16 y sumó un nuevo birdie en el 17 (dejó la bola dada). El birdie final desde siete metros de Justin Rose dejaba en la casa club un resultado de -11. El inglés, que ya cayó en un desempate en 2017 con Sergio García, esperaba un posible tropiezo del líder, que jugaba el 18 con un golpe de ventaja.
La salida fue espectacular, pero el golpe con el wedge terminó en el bunker y el putt, de algo más de dos metros, no tocó ni hoyo. De nuevo, los fantasmas y el drama. Rory podía perder la opción de convertirse en leyenda de este deporte. El público de Augusta, que se posicionó desde el primer momento con el norirlandés, no daba crédito a la histórica jornada del domingo, con continuas alternancias y movimientos. Ludvig Åberg dilapidó sus opciones con un final de bogey, triple bogey. Patrick Reed embocó de dos en el 17.
Ya en el desempate, Rose se pasó de bandera con un putt de cinco metros para birdie. McIlroy apenas dejó la bola a un par de metros. El destino quiso, esta vez, premiar a Rory. Cayó el nuevo ganador de rodillas en el green del 18, llorando como un niño. El público enloqueció. Le esperaban Shane Lowry y Tommy Fleetwood para un abrazo infinito. Rory es ya maestro, es leyenda, en un día muy luchado con una ronda de +1, la primera vez que un ganador se corona en Augusta con dos doble bogeys en la ronda final. "Esta es una sensación increíble. Esta es mi 17ª vez aquí, y empezaba a preguntarme si alguna vez llegaría mi momento. Creo que llevo los últimos diez años viniendo aquí con la presión del Grand Slam sobre mis hombros y tratando de lograrlo… Sí, ahora me pregunto de qué vamos a hablar todos de cara al Masters del próximo año. Pero me siento absolutamente honrado, emocionado y muy orgulloso de poder llamarme campeón del Masters",
La emoción de Rory era contagiosa. Al otro lado del desempate, McIlroy tuvo más que a un rival: un amigo, un caballero. "Me hubiera gustado ser el malo, pero ha sido increíble ser parte de la historia y ver coronarse a un amigo", decía el inglés.