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Opinión Hugo Costa

JR y la medalla de oro; la más inexplicable y cruel de las derrotas

JR y la medalla de oro; la más inexplicable y cruel de las derrotas

lunes 05 de agosto de 2024, 01:08h

Han pasado ya unas horas, aunque no las suficientes para sobreponerse a las jodidas emociones que inundaron una jornada de golf histórica en los JJ.OO. Desde el año 2002 he narrado y comentado cientos de torneos de golf, pero ninguno con un desenlace tan cruel y apasionante como el que hemos vivido en la cabina de retransmisión de Eurosport y Max, junto a mi compañero y amigo Guillermo Salmerón.

Nunca había contado 10 hoyos tan redodos, un control del juego tan sublime como el exhibido por Jon Rahm durante la primera parte del recorrido. La sinfonía con los palos fue perfecta en la línea de la solidez del jugador de Barrika de los días anteriores, pero con la gran diferencia de que hoy el putt si estaba resolviendo las situaciones. Seis birdies en 10 hoyos, una salvada monumental en el hoyo 8, su bestia negra, y no les voy a negar que hubiera apostado todo mi dinero al oro colgado en el robusto cuello del León de Barrika.

Pero nadie a esta ahora tiene un sólido motivo que explique como fue posible que la desconfianza fuera poseyendo el swing de Rahm de esa manera, hasta anular su golf por completo. Precisamente, en lo que siempre fue el punto fuerte de 'Rahmbo', la definición, determinación o mejor dicho como manejar la presión en un campo de golf en los momentos decisivos. ¿Le falta ritmo competitivo a Jon Rahm desde que se enrolara en el LIV?, esta es la tesis de muchos de los 'expertos' de la X.

Algunos de ellos iba afilando sus cuchillos mientras Rahmbo sufría en el 14 un doblebogey casi definitivo. Ni si quiera el propio Jon, que a estas horas seguirá jugando mentalmente los hoyos finales de Golf National, tendrá una explicación. No seré yo, defesor de la diversidad golfistica, el que aproveche que el LIV pasa por Arabia Saudi para ir de oportunista y lapidar a Legion XIII y compañía, lo cierto es que me escuece solo con pensar Jon no tendrá la oportunidad de redimirse en los playoff de la FedEx Cup y que la próxima aparición del español para aplacar los ánimos de revancha olímpica sea el LIV de Greenbrier.

En la vispera del desenlace olímpico hasta el propio presentador de Televisión Española se jactaba del año en blanco sin victoria de Jon Rahm, se ve que para la tele pública no trascendió demasiado su primer y reciente triunfo en el LIV de Londres y sin eximir de culpa al compañero, lo peor es que no me extraña.

Si a estas horas yo sigo fastidiado, no puedo ni imaginarme como debe estar el cuerpo del dos veces ganador de major. Se me parte el alma ver a un chicarron del norte que gana más dinero que Lebron James tan roto, un león desvalido que se movia como un zombie de alcachofa en alcachofa de los compañeros de la prensa, por primera vez, sin encontrar las palabras justas y decuadas para definir la situación. "Lo siento por la afición española...", acertaba a decir, y yo coincido.

En un día cruel, con Carolina Martín fuera, con Alcaraz derrotado y con unos JJ.OO tan raquíticos en cuanto a medallas para la delegación española, el oro de Rahm hubiera sido una reivindicación para el golf, una catapulta mediática que provocaria conversaciones mañana en la oficina, en la playa o en el bar: "viste ese 'berdie' en el 17"..."que me dices del garrotazo final en el 18".... Más de uno se acercaría a un campo de prácticas picado por la curiosidad del preciado metal. De nada sirve ya regodearse en el asunto, la vida y el golf siguen, lo que ya no tengo claro es si quiero que nuestro amado deporte lo haga por estos derroteros.

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