Con tres PGA Championship en su haber, el idilio de este jugador con el segundo major del año es evidente. Sus victorias en 2018, 219 y 2022 así lo atestiguan y aunque ya es jugador del LIV desde hace año cuando llega este torneo su lucha es siempre hasta el final. Además de esas tres victorias ha sumado un segundo puesto, un cuarto y un quinto y siempre ha brillado. Sus Top-10 son cinco en once ediciones y en esta de 2024, aunque no lo haya conseguido, su lucha ha sido hasta el final con una excepción, la del tercer día.
Y es que Koepka, que partía como defensor del título y uno de los grandes candidatos a la victoria en un año donde también ha ganado en el LIV, en Singapur, en la última prueba del circuito de Arabia Saudí antes de este segundo Major.
Las dos primeras jornadas del estadounidense estabn dentro del rango con dos vueltas de 67 y 68 golpes que le dejaban de cara al sabado con todas las opciones de situarse de la mejor manera posible para encarar el domingo con opciones de reeditar su título, pero el sábado, el día del movimiento, el de la detención de Scheffer, fue el peor en muchos años en el PGA para un Koepka que casi le decía adiós al torneos al terminar su ronda.
74 golpes que le dejaban casi sin opciones, no ya de ganar sino de terminar en ese Top-5 al que tan acostumbrado está. Y hoy, a pesar de firmar un gran 66 con una tarjeta en la que firmó tres birdies en los nueve primeros hoyos y oytros tres más en los nueve últimos con un solo error en su vuelta en el 14 que le dejaba con esos -5 absolutamente insuficientes para luchar con los Schauffele, Hovlan y DeChambeu, que esta semana han estado a otro nivel.
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