No decepcionó el arranque del Wells Fargo Championship, este año como torneo designado con un botin a repartir de 20 millones de dólares y 700 puntos FedEx para el campeón Pero por encima de los números de esta semana, sobre todo está un campo, el Quail Hollow Club, que hacen que esta sea una semana muy especial.
Con todos estos ingredientes, uno de los pesos pesados del golf, Xander Schauffele se inspiró para dejar 64 golpes (-7) en casa-club y convertirse en el primer líder del torneo con una ventaja considerable de tres golpes sobre un trio perseguidor que da verdadero vértigo: Colin Morikawa, Rory McIlroy y el sueco Alex Noren. Todos concluyeron los primeros 18 hoyos con 67 golpes empatados en la segunda posición.
Uno de los momentos más destacados de la jornada para el líder llegó en el hoyo 17, quizás fuera la suerte del campeón, si bien lo cierto es que hasta en tres ocasiones encontró un alivio que le permitió salir ileso de una situación de potencial catástrofe, que bien podría haber cambiado el signo de esta primera jornada. El primer golpe de suerte llegó tras una mala salida de Schauffele por la derecha a una zona complicada. Cuando los tres minutos de búsqueda estaban a punto de cumplirse y la bola dada por perdida, Wydham Clark, encontró la bola. El segundo momento se produjo cuando autorizaron a Austin Kayser, caddie de Schauffele, para poder mover una roca que interfería en la subida del palo del norteamericano que entonces obtuvo también alivio por una valla y una torre de shotlink. Después de todos los correspondientes alivios, el nortemaericano sacó adelante un enorme par con un approach y putt desde unos 40 metros a la bandera.
El otro nombre propio es Rory McIlroy, tras su victoria hace un par de semanas en el Zurich Classic. Rory está disfrutando esta semana en uno de sus campos favoritos de todo el año, donde ha ganado hasta en tres ocasiones: "Siempre he tenido una gran afinidad con este lugar, jugando delante de este público, en Charlotte me siento como en casa", comentaba el norirlandés tratando de explicar a los periodistas sus buenas sensaciones en este campo. Rory, que cumplió el pasado sábado 35 años, estaba acostumbrado a celebrar este día tan especial en Charllote. "creo que he celebrado aquí 13 de mis últimos 15 cumpleaños", concluía.