Mickelson volvía a Augusta, a su torneo favorito, y lo hacía desde el LIV y, seguramente, con la imagen de uno de los malos de la película. Esta semana en Augusta, templo del golf estadounidense, partieron dieciocho jugadores del LIV y nada menos que tres -Mickelson, Kopeka y Reed- acabaron entre los cinco primeros demostrando que en el circuito de Arabia Saudi también hay muy buenos jugadores capaces de brillar en los grandes torneos mundiales.
Y un de ellos ha sido Phil Mickelson que, finalmente, terminó empatado en la segunda posición con Brooks Koepka tras terminar hoy con una espectacular vuelta de 65 golpes -la mejor del día- y un siete bajo par que le regala una satisfacción enorme tras volver a jugar un torneo que le debe muchas cosas al zurdo de San Diego.