Tiger Woods siempre ha soñado con su torneo favorito, ese mismo que ha ganado cinco veces y que le gustaría seguir ganando hasta el último día de su vida.
Ahora Woods bastante tiene con poder jugar su torneo favorito, pisar los greenes y las calles del Augusta National y hacer oídos sordos a los rumores que indican que cada vez le quedan menos torneos como estos en su agenda.
Hoy a Woods le ha costado andar por el campo, subir y bajar sus cuestas, encarar los greenes en alto y bajar cuestas forzando su pierna derecha hasta el máximo. Su polo blanco se pegaba a su piel por el exceso de sudor, por el esfuerzo que estaba haciendo pero con todas las ganas de terminar bien, con un resultado digno que le permita el viernes poder salir con opciones de pasar el corte y seguir en juego el fin de semana.
Hoy Tiger, como siempre seguido por miles de espectadores, arrancaba su vuelta con bogeys al 3, al 5 y al 7 que hacía que temieramos lo peor. Después, el primer birdie del día en el 8 y un respiro a una primera parte de la vuelta que terminaba con dos sobre par. En los nueve segundos las cosas mejoraron para el con un bogey en el 11, pero dos birdies en el 15 y el 16 que le daban la esperanza para poder terminar al par del campo si hacía birdie en el 18.
Pero el último hoyo del día no fue fácil para el ex número 1 del mundo que no pudo acabar con el par y con un bogey más cerraba su tarjeta con +2 -el mismo resultado que Sergio García- deberá firmar una buena vuelta si quiere jugar en su campos favorito el sábado y el domingo.