Este fin de semana pasado se ha hablado castellano en Irlanda. Durante los primeros días pudimos disfrutar de las buenas posiciones de Jorge Campillo y Rafa Cabrera-Bello, que demostraron su solvencia en los “links”.
Tanto es así que al empezar la jornada del domingo el canario estaba empatado en primera posición y sacaba cinco golpes a sus dos compatriotas más destacados, el propio Campillo y Jon Rahm.
Y ocurrió que ese domingo el vasco se acordó de que hace dos años ya había ganado aquí, en el Open de Irlanda, y se puso a jugar como él sabe hacerlo en ocasiones. Ocho bajo par con un “eagle”, ocho “birdies” y dos “bogeys” le hizo recuperar posiciones hasta ponerse primero en casa club y esperar allí a que acabaran los partidos que iban detrás.
Dos golpes de diferencia con el segundo al acabar le dieron la tranquilidad durante ese ratito malo en que has de confiar en que a ninguno de tus competidores se le suelte la mano que le pillo el carro y haga hoyos en uno o “eagles”. En fin, que es el segundo Open de Irlanda que gana, el tercer Rolex Series con la pastaza que esto implica, y que se aproxima el Open, ese que podríamos apellidar Británico y no lo hacemos para no ofender al Royal & Ancient, que opina con razón que Open no hay más que uno y a los demás los encontró en la calle.
En fin, ahora viviremos el Open de Escocia, que tendrá en su nómina de jugadores a muchos americanos que se apuntan como entrenamiento para el último Grande de la temporada, y que volverá a mostrarnos lo que es el juego primigenio, con calles llenas de montículos y de escapatorias, con “bunkers” de pesadilla a los que hay que entrar muchas veces con escalera y salir otras tantas con pena.
Y luego llegará el momento de acudir a Royal Portrush en Irlanda del Norte, donde tendremos a Rahm, a García, a Cabrera-Bello, a Arnaus, a Campillo, a Otaegui y al vencedor del Open Senior Jiménez, y todos ellos han demostrado sobradamente que saben jugar en este tipo de campos y con la climatología que suele acompañar al Open a mediados de julio. Disfrutemos primero del Open de Escocia, y preparémonos para la semana siguiente que se promete extraordinaria