Ya lo decía el mísmo Sergio García: "No estoy bien pero voy ha hacer todo lo posible". Y la realidad es que en un campo como Pebble Beach y un torneo como el US Open, si no estás al cien por cien no vas a poder luchar por casi nada.
Sergio no ha brillado en esta 119º edición del US Open. Sólo el primer día, cuando terminó entregando una tarjeta de 69 golpes, dio la medidad de sus posibilidades cuando está entonado. Pero fue justo después de esa primera vuelta cuando declaró que "su juego no estaba para mucas cosas".
Tras ese primer billo después de los primeros 18 hoyos, el juego de Sergio se desinfló. Le sirvió eso sí para poder pasar el corte gracias a una segunda vuelta de 70 golpes que le dejaban con la ilusión de poder mejorar el fin de semana.
Una mejoría que, sin embargo, no llegó. El día del movimiento, el sábado, García acababa con su peor tarjeta de la semana, con 75 golpes, que le llevaron a no tener ninguna opción de terminar entre los diez primeros si este domingo no conseguía terminar con una vuelta espectacular. Y esta no llegó hoy.
En los nueve primeros hoyos, Sergio terminaba al par del campo, con tres birdies, un bogey y un doble bogey en el 9 que le dejaban al par del campo, pero en los nueve segundos tres bogeys más al 11, al 16 y al 17 para cerrar su marcador cvon un total de +4, bajando 21 posiciones en la clasificación y terminando quincoagésimo cuarto en la tabla final del torneo.
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