No puedo decir que con toda la fe del mundo, esa es la verdad, pero en el Hoyo 19 de la semana pasada mencionaba como primeros favoritos del Masters de Augusta a Rory McIlroy y a Jordan Spieth, y autotildándome de nostálgico, mencionaba también a Phil Mickelson.
Al final ganó el chaval, uno de sus perseguidores más
peligrosos fue Mickelson, Rory sólo fue Rory el domingo, pero lo fue, y el que
ni apareció por los puestos visibles de la televisión fue Watson, que o se
muestra ganador o no se muestra.
Y así las cosas, aunque los pronósticos no valen de nada,
sí que podemos decir que una vez más el Masters ha sido muy entretenido, aunque
muchos opinan que podía haberlo sido más.
De acuerdo con que los rectores del Augusta National prepararon
el campo de modo que resultó demasiado fácil para lo que estamos acostumbrados,
y por eso acabaron bajo par muchos más de los que ellos hubieran querido. Vale,
y en ese sentido quizás haya que mencionar las zonas de escapada poco rasuradas
que hacían que la bola que otros años hubiera acabado en el agua se parara
mansamente y dejara una buena oportunidad de recuperación al jugador que
acababa de fallar.
También, y eso no es culpa de los anfitriones, el campo
estuvo muy blando las primeras jornadas debido a la lluvia, y eso es una
sentencia de muerte cuando los que te atacan son los mejores del mundo.
Pero por otro lado, y esta es la humilde opinión de alguien
que sólo es un espectador, pero que tiene tanto derecho a opinar como el que
más, no está escrito en ningún sitio que sólo puedan acabar bajo par diez
jugadores, o el ganador y otros dos. Lo que vale, para mi gusto, es que el golf
que veamos los espectadores sea de altura, y eso sin duda lo fue.
Por último, el año pasado opiné que, en la cuarta jornada
me daba la impresión de que Bubba Watson iba tras Jordan Spieth como hace años
iba Valentino Rossi tras Sete Gibernau, sin tener que esforzarse, sin agacharse
tras el carenado. Ellos dos sabrán si tenía razón, pero la verdad es que este
año el tejano ha dominado sin discusión. Puede que no sea el mejor en ningún
aspecto del juego, pero no hace nada mal y, de acuerdo, no las deja a medio
metro del hoyo como hacía Vijay Singh, pero los pone a metro y medio y no falla
una. En fin, gloria a ti, ¡Oh Jordan Spieth!, al menos esta semana eres el más
grande...