Los ojos de Rory McIlroy no brillan en Augusta. Una primera jornada de 71 golpes no convenció, y en el segundo día a punto ha estado de perder el tren. Comenzando con bogey y birdie en los dos primeros hoyos, la vuelta se completó con dos bogeys y un doble bogey más que le dejaban con +3 en total, fuera del corte.
La reacción no se hizo esperar con birdie al 10 y un eagle al 13. Parecía que despertaba y ponía la directa hacia la cabeza, pero un bogey tras fallar un putt corto le volvió a frenar. En todo caso, como han hecho varios de los jugadores el viernes, ha reaccionado al final. Sus birdies en el 15, 17 y 18 logran ponerle bajo par y con -2 afronta un fin de semana donde intentará mejorar todavía más en un torneo donde se le esperaba más peleón desde el principio, en busca del Grand Slam, de lograr el único Major que le falta.
Rory McIlroy juega al escondite y casi se pierde.