No sabemos todavía a que hora será pero este miércoles, por fin, sabremos quien es el sucesor de Paul McGinley al frente del equipo europeo de la Ryder Cup. El mismo que llevará las riendas de un equipo acostumbrado a ganar en las últimas ediciones y que tendrá la responsabilidad de reeditar la victoria de los hombres de Chema Olazábal en aquel milagro histórico de Madinah.
Quién sea no lo va a tener fácil. Olazábal fue un gran capitán -uno de los mejores- y sin duda referencia para aquellos capitanes que tengan que hacer su trabajo en territorio contrario. No es lo mismo liderar al equipo en suelo europeo y conseguir la victoria, que hacerlo en terreno hostil, con miles de personas en contra y en campos muchos más complicados para el juego europeo.
De hecho, de las cinco últimas ediciones jugadas en Estados Unidos, las de 1995, 1999, 2004, 2008 y 2012 los equipos europeos capitaneados por Gallacher, James, Langer, Faldo y Olazábal "sólo" lograron tres victorias. Un balance menor que en Europa donde en las cinco últimas ediciones disputadas se han saldado con los triunfos de Ballesteros, en 1997, Torrance en 2002, Woosnam en 2006, Coljn Montgomerie en 2010 y Paul McGinley en 2014.
Sólo dos derrotas en diez ediciones, las dos en suelo americano y las dos con dos capitanes que no brillaron en ningún caso, Mark James en 1999, y el que ha sido el pero capitán europeo en esas diez ediciones, Sir Nick Faldo.
Ahora toca de nuevo viajar a tierras americanas. La Ryder se jugará en el Hezeltine National Golf Club y la referencia más cercana para el capitán no estará seguramente en el trabajo de McGuinley en Gleneagles, donde contó con todo a favor sino en la labor magistral de un José María Olazábal que rayó la perfección y que será uno de los que eligen al nuevo capitán.
Y quizá jugar allí, en Estados Unidos, pueda ser también uno de los factores para elegir al líder del equipo. Jiménez tiene mucho cartel allí, ha ganado en sus dos participaciones en el Champions Tour y la buena actuación de Olazábal en Medinah puede ser un buen aval para él dejando a Clarke que tenga menos riesgos en París y que gane como hicieron antes que él Seve, Torrance, Woosnam, Montgomerie y McGinley.
La decisión del Comité de elección no parece fácil. Todo hace indicar que Clarke parte como gran favorito al puesto. El norirlandés estará esperando ansioso la decisión pero Miguel Ángel estará en la India jugando una nueva cita del European Tour, el Hero Indian Open. Y eso nos da una pìsta más que juega en contra del malagueño. El de Churrriana sigue pensando en jugador y quiere seguir disputando la victoria en cada torneo que juega. El otro día decía que "si no es como capitán -algo que le encantaría- querría estar en Minessota como jugador". Entonces tendría 52 años y si lo consiguiera sería brutal.
Muchos decían que si ganaba Miguel en Tahilandia la capitanía sería imposible por eso mismo. No ha ganado pero casi lo hace. Retirar a un jugador de ese sueño y "obligarle" casi a dejar de jugar a ese nivel cuando está quemando ya sus últimos cartuchos no parece justo. Da la sensación de que Miguel podría tener alguna oportunidad más para liderar al equipo, quizá en París y convertirse entonces en el segundo capitán español que lidera al combinado europeo fuera de las Islas Británicas.
La primera vez con Seve en Valderrama las cosas nos fueron muy bien. Pero ya veremos. No se trata de llenar cántaros de leche sino de ver las cosas en su justa medida y da la sensación de que el próximo capitán europeo será norirlandés y se llamará Darren Clarke.