Jugar con buggie

Jugar motorizado conlleva una serie de ventajas físicas, en especial para los jugadores más mayores o con problemas físicos, pero también conlleva una serie de inconvenientes. La comodidad de no arrastrar un carro manual o el cansancio de jugar 8 ó 10 kilómetros andando en según qué campos, o con condiciones de lluvia, de calor y humedad, desde luego es una ventaja.

Pero yo siempre he defendido que el golf, (cuando ya has llegado a tu estabilidad, y a tu hándicap defendible más o menos), se compone de un un 20% de técnica un 80% de concentración mental. Yo no sé si sólo me sucede a mí, o por el contrario es una cosa habitual, pero  cuando vas andando hacia tu bola, vas pisando el terreno y mentalizando el golpe que vas a efectuar, es decir, lo saboreas antes de efectuarlo.

Esto no ocurre cuando juegas con buggie, primero por la rapidez, en el ritual del juego normalmente te pones a la altura de la bola mas distante a bandera, esto conlleva en muchos casos a esperar a tus compañeros competidores. Segundo porque en muchos casos lo usas compartido, es decir tienes que ir a dos bolas, en muchas ocasiones por lugares diferentes de la calle. Tercero porque con la regla de los 90 grados muchas veces juegas el hierro equivocado por no volver a buscar el adecuado, es decir, la mentalización es mucho más compleja, tienes que estar pendiente de tu juego y el de tu compañero de viaje, lo que conlleva una falta de concentración que debes intentar equilibrar.

Quizá sea una excusa, pero últimamente he tenido que jugar en buggie por problemas físicos y no consigo cumplir el hándicap con la asiduidad en que lo hacía, y no digamos bajarlo. Pero lo peor de todo es que no saboreo el juego como me gustaría. ¡Que tiempos aquellos en que jugaba con la bolsa a la espalda¡ Solo es una opinión, pero tenía la necesidad de explicarla en esta sección.