Mucho
tendrían que copiar los políticos europeos de este equipo de golf, que haciendo
un símil son doce jugadores de golf, como hace unos años eran doce los países
miembros que configuraban la Unión Europea.
Desde
el primer día de los tres que dura la competición, Europa mostro sus cartas,
juventud y veteranía, unión, y buen ambiente que se reflejaba en todas parejas
formadas tanto para el fourballs como para el foursommes.
En
esta primera jornada se marcó la primera diferencia que en la segunda se vio
incrementada, dejando un 10 a 6 para afrontar la jornada decisiva del domingo
en la que match play es el protagonista, es el momento de la verdad.
Y
Europa no defraudo, redondeo las anteriores jornadas endosándole a USA un
rotundo 16,5 contra 11,5. La Ryder una edición más se quedaba en manos
europeas.
Está
visto que la simbiosis vivida los dos primeros días, sirvió para engrasar el
mecanismo individual que el domingo cada uno puso en marcha utilizando con
destreza los palos de la bolsa con fina cirugía, como si de un auténtico
cirujano se tratase para dejar una vez más claro que Europa manda en este
deporte de la "pelotita", sobre el resto de continentes, en especial sobre el
todo poderoso Estados Unidos.
Es
la octava ocasión en las 10 últimas ediciones en la que el histórico trofeo se
queda en las vitrinas del viejo continente, el sexto triunfo en siete torneos
en el siglo XXI y el tercero seguido. Europa ha dado la vuelta al histórico
dominio de Estados Unidos en la Ryder, y manda por 11-7 desde que la
competición se abriera a todos los jugadores continentales gracias al empeño de
Severiano Ballesteros.
Los
americanos venían con ganas de revancha después de lo ocurrido en la anterior
edición en suelo estadounidense donde Europa les dio una lección de humildad
que nunca olvidaran.
Pero
en el campo escoces de Gleneagles, los nuestros no les han dado la más mínima
oportunidad y les han pasado por encima con toda naturalidad, sin hincharse el
pecho después de lo acontecido hace dos años, sino desde el mismo espíritu ese
que les hizo famosos, y que de momento les sigue guiando no sabe desde donde
pero ahí están los resultados que siga por muchos años encendido ese faro de la
humildad y de la unidad, representado por el símbolo de las estrellas de Unión
Europea.
Una
vez más Europa ha demostrado su solidez en todos los aspectos del juego ante la
escuadra estadounidense que no ha sabido solventar esta buena racha del golf
europea, de momento seguimos disfrutando de estos "jabatos", deseamos y
esperamos que dure muchos años esta buena racha, desde luego ganas después de
lo visto durante estos tres días no les
va a faltar.
Ha
habido un detalle que quiero destacar sobre el resto, y que a mí me ha llamado especialmente
la atención, y ha sido el "buen rollo" que ha existido durante toda la
competición en el equipo viendo como un alemán, un danés, un sueco, un francés,
un inglés, un español, un escoces, un gales y un norirlandés, cada uno de su
padre y de su madre, pero parecían todos hermanos, bonito ejemplo en un momento
de tanto separatismo.
Estos
doce hombres han demostrado que para ganar y alcanzar altas cotas es mejor la
unión que la separación.
La
Ryder se quedaba en Europa. Otra vez. Viva la Unión.