Europa se ha subido al carro de las ganancias y no quiere bajarse
todavía. En lo que llevamos de siglo, los europeos han ganado cinco
ediciones de la Ryder y sólo han cedido en 2008, cuando cayeron en
Valhalla por un claro 16-11.
Animados por la trayectoria alcista europea, y sobre todo por el milagro de Medinah, el equipo de Paul McGinley quiere seguir la racha, un ritmo de victorias que comenzó en The Belfry en 2002 cuando los europeos recuperaron la Ryder por 15,5 a 12,5 después de perderla en 1999 por la mínima en The Country de Brookline.
Tras el parón de 2001 a causa de los atentados de las Torres Gemelas, en 2002 Europa inició un reinado absolutista con tres victorias muy contundentes. Primero por 15,5 a 12,5 en The Belfry, y después por un resultado récord de 9,5 a 18,5 en Oakland Hills, en tierras americanas de la mano de Bernhard Langer, y después por el mismo resultado en The K Club, Irlanda, con Ian Woosnam al frente. Estados Unidos logró frenar ese ímpetu en 2008 en Valhalla, donde dominó de principio a fin y se llevó la Ryder por 16 a 11. Nada pudieron hacer los europeos que en los individuales sólo ganaron cuatro puntos y medio.
Sin embargo, la superioridad europea volvió a hacerse presente en 2010, esta vez en un encuentro más igualado en Celtic Manor, donde los hombres capitaneados por Colin Montgomerie lograron recuperar la Copa superando a los americanos por 14,5 a 13,5. La ventaja era amplia y los 5 puntos individuales fueron suficientes.
Con ganas de revancha, Estados Unidos acogió la edición de 2012 en Medinah, y tras dos días de gran juego estadounidense, en los individuales se produjo el milagro. Jose Mari Olazábal, capitán de los europeos, y con el espíritu de Seve como bandera, logró motivar a los suyos que ganaron 8 puntos y medio en los individuales, consiguiendo la victoria por 13,5 a 14,5. Un milagro que confirmó el dominio europeo en las últimas seis ediciones. Los puntos estadounidenses llegaron por un empate que cedió Tiger Woods, lesionado actualmente y que se descartó para ser una opción de Tom Watson, y los triunfos de Dustin Johnson, retirado del golf indefinidamente a pesar de haberse clasificado para esta edición de la Ryder, Jason Dufner, lesionado y que tampoco acudirá este año, y Zach Johnson, el único presente en Gleneagles.
El escenario escocés ya está preparado y los estadounidenses llegan con ganas de poner fin a este dominio, pero no lo tendrán fácil porque no ganan en tierras europeas desde 1993 en The Belfry. Tres victorias en 20 años y 10 ediciones que saben a muy poco para los americanos.