La noche del 10 de agosto era una noche especial de verano. Junto a la
lluvia de estrellas de todos los años se esperaba además una Superluna,
un espectáculo que muestra la luna llena algo más grande de lo normal al
situarse en el punto más cercano a la Tierra.
Rory McIlroy ha sido la Superluna del verano. Su triunfo en el PGA Championship ha eclipsado a muchas estrellas que querían protagonismo, y el debate de un nuevo ciclo ya está abierto después de ver a un Tiger Woods con fuertes dolores de espalda, menguante, y a un Rory McIlroy creciente y lleno de éxito con sus tres victorias consecutivas en el Open, el WGC Bridgestone y ahora en el PGA Championship.
El joven norirlandés ya lo avisaba tras su triunfo en Hoylake. "No se acaba la temporada y hay que fijarse nuevas metas", su crecimiento ha alcanzado la plenitud en la noche del 10 de agosto, reafirmando su trono mundial logrando el segundo Major del año y cuarto en su colección particular de Grandes, un listado que según Jack Nicklaus puede alcanzar los 15 ó 20 títulos. Mientras, él lo niega y considera que no ha iniciado ninguna nueva era.
La contemplación del universo anima la segunda semana de verano, unas vacaciones con mucho golf, como las del presidente de los Estados Unidos Barack Obama, que no duda en dejarse ver dando bolas en su primer día de descanso. El cielo brillante de las noches de verano ayuda a relajarse, siempre y cuando no aparezca una Superluna que marque nuevos ciclos y nuevos acontecimientos.
Como una ola
Los de Nike se frotan las manos
Si (
No(
