No es la primera vez que en mis artículos de opinión hago comparativas entre otros deportes y el golf.
Cuando finalizó la tercera jornada del WCG Bridgestone me fui a dormir con el convencimiento de que Sergio esta vez sí ganaría el torneo. Pero una vez mas se quedó a las puertas del triunfo, por eso siempre me viene a la cabeza el nombre de Raymond Poullidor "Pou Pou", el eterno segundo.
Pou Pou tuvo la mala fortuna de coincidir en el tiempo con Jacques Anquetil y Eddy Merch, al igual que Sergio con Tiger Woods y Rory Mcilroy, aunque en este escalafón se podrían intercalar otros nombres. Ambos tuvieron victorias importantes, pero Poullidor nunca consiguió el anhelado Tour, ni siquiera el Giro, una vuelta a España en 1964 y otras victorias parciales más o menos importantes. A Sergio le falta ese Grande, que ya ha acariciado en varias ocasiones, y actualmente creo que está en el mejor momento de su carrera profesional, por lo que si no desespera muy pronto podría conseguirlo.
En esta misma columna de opinión ya publiqué un artículo titulado "Sergio ha vuelto", su caminar, su mirada sus gestos denotaban que algo había cambiado, creo que en esa estabilidad emocional tuvo una influencia muy importante Katharina Boehm.
Sergio sabe mover la bola como pocos, golpes precisos en la calle y que el putt hasta ahora se ha negado a complementar, los ocho birdies de la segunda jornada nos mostraron el camino, embocando putts inverosímiles, ese 61 en su tarjeta quedará para la historia.
Este artículo no tendría sentido si no existieran los domingos, es decir la cuarta jornada, si los torneos finalizarán el sábado, el palmarés de Sergio sería mucho más extenso. Esa cuarta jornada es la que hay que trabajar, el vértigo se produce cuando estás en la cima, si Sergio consigue dominar eso, seguro que pronto llegará esa ansiada victoria en un Major.