Da la sensación de que en esto de la organización de los Juegos Olímpicos, digan lo que nos digan, lo que importa, casi única y exclusivamente, es el dinero. El COI es una empresa privada y por lo tanto se mueve, sobre todo, por esos intereses económicos.
De las tres candidaturas que quedaron en la lucha final por organizar los Juegos Olímpicos de 2020, Madrid contaba con un presupuesto para llevarlos a cabo de 1.900 millones de dólares. Tokio decía que quería gastarse 4.400 millones de dólares y Estambul estaba dispuesta a tirar la casa por la ventana y gastarse la friolera de 16.800 millones. Tras las ingentes inversiones de Sochi 2010 y Río 2016, el movimiento Olímpico no ha considerado oportuna una llamada a la contención, quizá por eso Madrid se haya quedado fuera, a pesar de las buenas perspectivas que la expedición española traía a Buenos Aires.
Otra conclusión: la idea de que Madrid ya tiene construído el 80% de las instalaciones que necesita les importa poco, muy poco o nada. Lo que el COI quiere es que las instalaciones estén hechas en la fecha de los Juegos. Quizá por eso han ganado en los últimos años candidaturas que no tenían puesto ni un ladrillo. Propuestas virtuales, con planos y maquetas espectaculares, pero sin un ladrillo y eso si, con mucho mucho dinero, como las de Londres en 2012, Brasil en 2016 o Tokio en 2020.
Paú decía que "estaba decepcionado, que ya había pasado el mal trago de la eliminación y que se quedaba con la ilusión, el compromiso y el trabajo que había hecho todo el equipo. Cada miembro vota según sus criterios y circunstancias y así ha sido. Creo que por lo menos nos merecíamos estar en la final", dijo el pivot de los Lakers y de la selección española. Y tiene razón.
No hay que darle más vueltas. El COI no nos quiere, no nos perdonan la mala gestión del dopping en España y si hace unos años fue el terrorismo, ahora ha sido la situació económica y el dopaje.
El golf en España y en Madrid tendrá que seguir sin los Juegos. Los casi 100.000 federados madrileños no tendrán golf olímpico y el Club de Campo tendrá que empezar a olvidar el sueño olimpico, de momento durante bastantes años.
Ahora sólo queda hacerse una pregunta: ¿Nos presentaremos o nos presentarán a los Juegos del 2024? Veremos, pero ahora sólo tengo ganas de apagar el ordenador e irme a dar una vuelta.