La realidad es que tras la millonaria firma de su contrato por Nike, valorado en 200 millones de dólares para las diez próximas temporadas, el actual número dos del mundo no da pie con bola. Con el foco puesto en su figura tanto por jugadores como por prensa especializada dia si y día también, McIlroy no ha rendido en esta temporada al nivel que se le debe de exigir, quizá por un exceso de presión o quizá por problemas ajenos al propio juego, como apunta Nick Faldo
Este año no ha ganado ningún torneo y sus actuaciones nada tienen que ver con las que firmó el año pasado. Pero esta edición del Open Championship era quizá su mejor oportunidad para la redención. Sin embargo, tras la primera vuelta en Muirfield, McIlroy ha despejado todas las dudas y, prácticamente, le ha dicho adiós al torneo con una tarjeta de ocho sobre par, con seis bogeys, dos doble bogeys al 12 y al 15 y sólo dos birdies en el 7 y el 13.
Mañana, si es que sigue soñando con pasar el corte, tendrá que hacer un vueltón pero la gran primera sorpresa de esta jornada es, sin duda, la malísima actuación del norirlandés y sus 79 golpes.