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Eurovegas, ¿La gallina de los huevos de oro?

sábado 11 de febrero de 2012, 00:00h
Todos escuchamos las palabras del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, asegurando las bonanzas y la calidad del proyecto de Las Vegas Sands para Madrid y Alcorcón y lo que éste prodría significar para la maltrecha economía no sólo de la Comunidad de Madrid sino del país entero. Como es lógico, las opiniones a favor y en contra no se han hecho esperar.

Palabras que, lógicamente, merecen todo el respeto, no tantas aquellas que ya se aventuran a vaticinar el más profundo de los desastres a un proyecto que, finalmente, recalará en la localidad de Alcorcón si o si. Algunos, sin saber todavía las condiciones del acuerdo, como será definitivamente o que puntos tendrá en su documento final -ya que deben de ser aprobados si hay cambio de legislación en algunos aspectos por el gobierno de la nación- argumentan en su contra temas como un régimen fiscal especial, poder fumar en el interior de los casinos, la libre entrada de los niños a las salas de juego, o la financiación del proyecto con poca inversión de los americanos y muchos beneficios con importantes prebendas fiscales.

Nada de eso es cierto, de momento, y ya habrá tiempo de echarse las manos a la cabeza si el gobierno nacional y regional aprueban dichas medidas especiales. A mi, personalmente, lo que más me preocupa ahora mismo en mi país son los seis millones de parados que tenemos y como ese número no deja de cercer. La cantidad de familias, más de un millón, que tienen a todos sus miembros en paro y como el panorama es cada vez más negro para todos.

Creo que Las Vegas Sands es un soplo de aire fresco a una economía en la que todos estamos en precario. La sola posibilidad de que una empresa, en este caso norteamericana, se fije en una localidad como Alcorcón, en una ciudad como Madrid y en un país como España para desembarcar su proyecto me parece casi un milagro.  Y no les digo nada como están los 15.000 parados de la construcción que ahora mismo hay en Alcorcón. Si yo fuera uno de ellos estaría abriendo una botella de Champagne.

Pero es cierto que ni Las Vegas Sands va a ser "La gallina de los huevos de oro" ni "El cantaro de la leche" con el que conseguiremos salir de todo esto. Las cosas hay que hacerlas bien y con calma. Adelson, seguro, no es una hermanita de la caridad y, lógicamente, querrá tener un beneficio máximo a su inversión, como también la querrán los madrileños.

El proyecto se terminará en algo más de quince años y hasta entonces no podremos saber cuales han sido los aspectos negativos y positivos de un proyecto que para el mundo del golf traerá para la zona sur -según el proyecto original- tres campos de golf de 18 hoyos. El otro día hablaba con dos socios del Club de Golf Green Alcorcón. Uno, su presidente, Juan Valverde López, estaba encantado con la idea de que en el sur de Madrid, en Alcorcón, -que lo máximo que han tenido relacionado con el golf era un poco de tierra en la que se imaginaban tener un campo rústico- hubiera tres recorridos de 18 hoyos en unos años con 12 hoteles, casinos , Ave y hasta aeropuerto. "Vamos, el paraíso", decía. El otro su secretario, Pepe Sánchez, no las tenía todas consiguió y decía que él como Santo Tomás, "que hasta que no lo viera no se lo creería".

Pues eso. Hay que tener calma, paciencia e ilusión pero al mismo tiempo los pies en el suelo para sacarle el máximo provecho a un proyecto que, cuando menos, parece ilusionante. Otra cosas es darle todo lo que pida al señor Adelson. Alcorcón no son Las Vegas, Madrid no es Nevada y España no es Estados Unidos, afortunadamente.
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