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Elperiodigolf en Escocia (3)

Un cementerio en el corazón de St. Andrews

Un cementerio en el corazón de St. Andrews

El Viejo Tom Morris descansa en uno de los lugares más impresionantes de la capital mundial del golf

Por Guillermo Salmerón
jueves 09 de agosto de 2012, 00:00h
St. Andrews no sólo es golf, también es un floreciente pueblo que cuenta con la tercera mejor universidad del Reino Unido tras Oxford y Cambridge y con un cementerio famoso en todo el mundo asentado sobre las ruinas de su catedral destrozada por los bombardeos alemanes de la II Guerra mundial. Allí está enterrado en un sitio de honor el célebre Tom Morris.
Unos metros antes de llegar al cementerio de St. Andrews, a apenas un kilómetro del Old Course, nos encontarmos con una pequeña casa, modesta y de dos alturas -como casi todas las de St. Andrews- donde se puede leer una placa que, literalmente, nos recuerda el lugar donde nació la máxima figura golfística del pueblo. "Tom Morris, el Viejo 1821-1908. Ganador del Open en 1861, 1862, 1864 y 1867 nació en una casa situada en ese mismo lugar el 16 de junio de 1821".

Curiosamente Morris descansa eternamente unos doscientos metros más adelante en un cementerio que uno no se puede perder si visita St. Andrews. El cementerio se asienta sobre las ruinas de la catedral de St. Andrews.

Los orígenes de la Catedral de Sr Andrews se remontan al año 742, cuando las reliquias de San Andrés (St Andrews), uno de los doce apóstoles y patrón de Escocia, llegaron a esas tierras. En el promontorio rocoso donde ahora vemos las ruinas de la catedral se construyó una iglesia, St. Mary on the Rocks, primera de las tres que con el paso de los años ocuparían esa zona.

Sin embargo, la Catedral de St Andrews, que en su momento fue la más grande de Escocia, fué víctima de los turbulentos momentos que se vivieron en el siglo XVI con motivo de la Reforma Protestante, y la reacción de John Knox, que llevó a que fuera semiderruida. Tras unos años en que se dudó sobre la conveniencia de volver a reconstruirla, sus piedras empezaron a ser utilizadas para el desarrollo del pueblo de St Andrews y la construcción de sus casas.

Allí, entre otros descansan los restos mortales del Viejo om Morris y también del Joven Tom Morris, que se suicidó después de que en apenas un par de semanas murieran su mujer y su hijo.
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