elperiodigolf.madridiario.es
En Augusta no hay favoritos

En Augusta no hay favoritos

Por Guillermo Salmerón
lunes 09 de abril de 2012, 00:00h
La próxima vez que me pregunten, hablando del Masters de Augusta, quien es mi favorito contestaré que "ni puñetera idea". Así de taxativo. Y es que desde hace más de un mes venimos todos, medios de comunicación, aficionados e incluso jugadores profesionales, hablando y debatiendo en todos los foros posibles sobre quien o quienes podrían ser los favoritos a ganar el Masters de 2012.
La próxima vez que me pregunten, hablando del Masters de Augusta, quien es mi favorito contestaré que "ni puñetera idea". Así de taxativo. Y es que desde hace más de un mes venimos todos, medios de comunicación, aficionados e incluso jugadores profesionales, hablando y debatiendo en todos los foros posibles sobre quien o quienes podrían ser los favoritos a ganar el Masters de 2012.

Y no contentos con eso, no nos vale un ramillete. Siempre tenemos que decir el favorito, el máximo y único destacado en un torneo como el Masters donde parece que ya ha quedao demostrado que lo del favoritismo  es una pura teoría.

Prácticamente nadie, salvo algún familiar directo, habría dado a Bubb Watson o a Louis Oosthuizen como claros y principales favoritos a ganar este año el primer grande de la temporada. Los dos son buenos jugadores, excelentes diría yo, pero a ambos les falta todavía poder desarrollar una carrera llena de éxitos y alcanzar la cumbre de sus carreras para ser uno de los "claros favoritos" a ganar allí donde juegan.

Antes de este Masters, Watson había ganado sólo tres torneos profesionales en la PGA norteamericana y Oosthuizen, ganador del Open Championship en 2010, apenas había hecho antes y después poco más que ganar la Jarra de Clarete en otra victoria absolutamente sorpresiva para todos.

No hay más que ver los "papelones" de jugadores como Luke Donald, número uno del mundo, Rory McIlroy, que partía como uno de los grandes favoritos a la victoria final, o Hunter Mahan, reciente ganador en el Accenture Match Play y el Honda Classic, una semana antes del Masters además, claro de Tiger Woods.


Pero lo del número ex número uno del mundo ha sido la gota que ha colmado el vaso. Desde todos lados se ha dicho que Woods era el principal favorito a ganar lo que hubiera sido su quinta Chaqueta Verde.

Era el mejor en las apuestas y su victoria en el Arnold Palmer Invitational le colocaba en el disparadero de lo que podía ser su definitiva explosión mundial tras casi dos años y medio sin victorias en la PGA 
tras un truculento capítulo personal en su vida.

Pero no. La realidad y la lógica han hecho el resto. Tiger ha pasado por el Masters sin pena ni gloria. El libro de Hank Haney y la película sobre sus últimos años no le han desconcentrado en absoluto. Simplemente, ha jugado mal al golf en un torneo donde para ganar hay que estar al 120%.

Tiger sigue su camino y como otros tantos jugadores tenía sus opciones, pero para ganar en Augusta -y él lo sabe bien que ha ganado cuatro veces- hay que estar casi perfecto y el no lo está todavía. Otra cosa es que pueda estarlo pero da la sensación que para que eso suceda tendrá que pasar mucho tiempo.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios