Tiger llega a Augusta con todo su potencial

El año empezó con las mismas dudas sobre Tiger Woods que en los dos años anteriores. Buenas sensaciones pero no terminaba de rematar. En su debut de la temporada, en Abu Dhabi, convenció y el domingo salía líder junto con Robert Rock. Sin embargo,  no consiguió la victoria y el buen juego desarrollado durante la semana volvió a eclipsarse por el resultado final.

El ex número uno del mundo ha insistido en que su preparación va por el buen camino. Su cambio de swing está ya dominado, y "sólo es cuestión de trabajo y paciencia", asegura una y otra vez. En la primera prueba de las Series Mundiales, el Accenture, Tiger volvió a dar señales confusas. Su victoria sobre Gonzalo Fernández Castaño fue muy justa, y después cayó eliminado en segunda ronda por Nick Watney.

Sin embargo, las luces del Tigre volvieron a brillar en el Honda Classic, cuando terminó segundo en una persecución antológica a Rory McIrloy, que peleaba por el número uno. Woods firmó 62 golpes el domingo y acabó segundo, para ver en directo cómo el norirlandés se subía al trono mundial.

De nuevo una luz al final de un tunél que se volvió a apagar en el Cadillac, la segunda prueba WGC donde tras una actuación discreta se retiró en la última ronda con dolores en el talón de Aquiles, encendiendo todas las alarmas. Fue un susto porque a la semana siguiente ya estaba jugando de nuevo. "Me estoy haciendo mayor porque esos dolores antes los aguantaba y temrinaba los torneos, pero ahora he querido ser prudente", aseguraba Tiger, que llegaba totalmente recuperado al Arnold Palmer para ganar su primer torneo en el PGA Tour casi tres años después, y dos semanas antes de la Gran cita, el Masters de Augusta, donde tiene que confirmar su vuelta definitiva mejorando su cuarto puesto del año pasado.

Tiger Woods acude crecido al Masters y buscará su quinta chaqueta verde desde el séptimo puesto del mundo. Sin lesiones, con un swing mejorado y una evolución ascendente, Tiger Woods es favorito para el Masters donde llega otra vez como él quería, un rival temido y respetado.