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La Tribuna Invitada, con Arturo Bernal

La Tribuna Invitada, con Arturo Bernal

lunes 05 de marzo de 2012, 00:00h
La Tribuna Invitada de Elperiodigolf de esta semana llega con el director gerente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, Arturo Bernal, que dirige una mirada directa y profunda a la industria del Turismo.
En mis primeras lecciones con Miguel Ángel Jiménez cuando yo no pasaba aún de los quince y él no llevaba aún su característica coleta, aunque en lo demás está igual que entonces -bendito golf-, me repetía hasta la extenuación que no “meneara” la cintura y que dejase la cabeza quieta: –yo miraré dónde cae la bola; no te preocupes de eso- me decía. Algo conseguimos. No hasta el punto de poder vivir del golf pero sí lo suficiente como para no haber podido vivir sin el golf el resto de mi vida.

No obstante, aquellas enseñanzas me recuerdan ahora que los desafíos de la Costa del Sol se han de basar precisamente en eso: cabeza y cintura. Aunque a diferencia de lo que él, mi maestro, se empeñaba en enseñarme, nuestro destino precisa cabeza alta, mirada lejana y una cintura entrenada para moverse de lado a lado.

En unos días, la Costa del Sol afronta su segunda gran cita del año en uno de nuestros mercados objetivo más importantes. Será en Berlín. Parece que Alemania, junto con Francia y Reino Unido, serán, según el informe de febrero de 2012 de la OCDE y del Banco Mundial para Europa, los únicos países de la eurozona que experimentarán crecimientos en su economía en torno al 0,5% durante 2012. ¿Será esto suficiente para mirar al futuro de nuestra industria turística con optimismo?
Obviamente, que nuestros principales mercados de origen se recuperen y por fin se sientan “liberados” para comprar la ilusión que les falta y que la Costa del Sol les ofrece a raudales, es un buen comienzo; pero lo que realmente nos hace falta en nuestra Costa del Sol es cabeza y cintura.

Cabeza alta para entender que esto que vivimos no es un bache; ni siquiera un periodo de depresión económica. Las cosas ya no volverán a ser como fueron por que la “cosa” no es pasajera y ha venido para quedarse. Lo que estamos experimentando es un cambio total de nuestro modelo social y económico y, en estas situaciones, lo que define a los lideres –y la Costa del Sol quiere seguir siéndolo- es su capacidad de adaptación entendida como innovación. No es la primera vez que hemos tenido el reto de reinventarnos y siempre hemos tenido cintura; una cintura que se ha basado en el talento, el conocimiento y la experiencia atesorados durante más de 40 años de liderazgo en esta industria.

Pero ahora nuestra bola descansa en el búnker, hundida y pegada al borde superior. Y este golpe nos exige más. Sacar la bola del búnker exige de una técnica especial que requiere mucho entrenamiento, un tanto de talento y sobre todo un palo especial. Mi maestro decía que el sand wedge que venía en mi nueva y radiante bolsa de palos comprada en Nueva York no servía pues era estándar dentro de un juego de palos estándar y, para ejecutar ese golpe con maestría, hacía falta un palo hecho a mi medida.

–Necesitas un palo diferente hecho por un especialista- insistía.
Después, la cara del palo abierta y un movimiento pendular de brazos y hombros bien sincronizados harían el resto.

Tenemos estilo. Nuestro swing es “de libro”; parece que hubiéramos nacido con él. Pero nuestro destino necesita un sand wedge especial, diferente, dentro de la bolsa de productos y servicios turísticos de que disponemos en la Costa del Sol. Y esa diferenciación debe ser obtenida desde la especialización y, fundamentalmente, desde la sostenibilidad. Y cuando digo sostenibilidad debemos pensar en el respeto al medioambiente (eso implicará una necesaria reinvención de muchos territorios de la provincia cerca del agotamiento o con niveles de carga por encima de lo razonable). Pero también debemos entender que la sostenibilidad se fundamenta en el mantenimiento de nuestra identidad sociocultural y en la generación de retornos económicos suficientes para que nuestros hijos puedan seguir explotando en el futuro esta posición de liderazgo que hoy queremos construir y consolidar.

La encrucijada en la que nos encontramos nos exige un swing diferente, con buenas herramientas y empleando todo nuestro talento y experiencia. Pero tenemos ventaja: todo lo que necesitamos está ahí. Ya lo tenemos y lo hemos empleado cientos de veces. Es verdad que ahora la bola está más hundida que otras veces. ¿Y qué? El público desde los alrededores del green del 18 y los demás jugadores de la partida esperan con expectación la resolución del golpe. Quieren ver si seremos capaces de conseguirlo una vez más.

Y ellos aún no lo saben, pero esa bola ya está a un palmo de la bandera.
Este torneo, este desafío, será nuestro una vez más.
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