McIlroy sigue con hambre y más cerca del número 1

McIlroy actuó de nuevo como un martilo pilón. El norirlandés sabe lo que quiere y no dudó en conseguirlo por la vía más rápida. Jugando muy bien, muy seguro, con confianza y sin arriesgar lo más mínimo. Ayer firmó seis birdies y dos bogeys en los hoyos 6 y 7, que a punto estuvieron de estropearle la jornada pero al final, sacando lo mejor de su juego, volvió a estar a la altura, colocándose líder con dos de diferencia sobre sus rivales más cercanos y con la sensación de que tiene muy claros cuales son sus objetivos.

El norirlandés necesita la victoria para llegar al Cadillac -segundo torneo de la WGC- como el nuevo número uno del mundo y parece que, con apenas 22 años, tiene muy claros sus objetivos. "Hoy en jugado muy bien, sin arriesgar y sabiendo que algunas veces es mejor hacer el par y conformarse con eso. Es cierto que tengo la sensación de que puedo apretar las clavijas algunas veces, pero hay que saber cuando hacerlo y ahora estoy disfrutando mucho de esa situación".

Tras él, con nueve bajo par, se encuentran todavía con opciones de conseguir la victoria los estadounidenses English y Gillis, aunque tendrán que jugar su mejor golf si este domingo quieren ponerle las cosas complicadas a McIlroy.

Quien no tuvo fortuna esta vez fue el inglés Lee Westwood -que también optab al número uno del mundo- que terminó al par del campo y sigue con -1, a diez golpes de un McIlroy que parece irrefrenable en sus deseos de conseguir ser por primera vez número uno del mundo.

Otro que sigue sin brillar, a pesar de haber subido ayer 13 posiciones, es el estadounidense Tiger Woods que con -1 está con un total de dos bajo par en un puesto décimo octavo que parece poco para un jugador que quiere seguir mejorando en su juego y en sus posiciones en un Ranking Mundial en el que le cuesta mucho subir posiciones.

Tampoco tuvo demasiada fortuna en la tercera jornada el guipuzcoano José María Olazábal que firmó cuatro sobre par y bajó 26 puestos en la clasificación gensral hasta situarse en la sexagésimo octava plaza.