¿Puede ganar de nuevo Tiger Woods en Australia?
miércoles 09 de noviembre de 2011, 00:00h
Cada vez que Tiger Woods juega en Estados Unidos, Europa, Asia o Australia su figura se convierte en principal atractivo de la cita en la que toma parte. Hace algunos años porque era el gran favorito y ahora porque todos esperán ver antes o después el renacer del que fuera número uno del mundo. Pero las semanas siguen pasando y ni su juego ni su swing parecen estar en condiciones de volver a ganar, aunque nunca se sabe.
Si tuviéramos que contestar con el corazón seguramente diríamos que sí. Si analizamos fríamente la lista de participantes no hay nadie en este Open de Australia que sea, ni por asomo, mejor jugador que Tiger Woods, que haya ganado lo que él ha conseguido y que tenga esa magia que el ha tenido durante los últimos años. Sin embargo, la cabeza, las cifras y las estadísiticas nos dicen que desde hace casi tres años Tiger ni se parece al gran dominador que era y que, hoy por hoy, hay muchos jugadores mucho más motivados que él para ganar.
Pero Tiger es Tiger y da la sensación, según van pasando las semanas, los meses e incluso los años que antes o después volverá a ganar. Seguro que en ese momento muchos dirán "¡Os lo dije, Tiger volvería a ganar!" Pero claro es que el ex número uno del mundo se ha pasado casi tres años entre divorcios, recuperaciones psicológicas, ajustes de swing, cambio de caddies, pérdida de patrocinadores y, sobre todo, una falta de autoconfianza que le ha llevado a dejar de ser el que era.
Está claro que Tiger puede volver a ganar y que lo que ha pasado, independientemente de su problema personal, le pasa a muchos jugadores profesionales de golf. Nos referimos a las ausencias de buenos resultados, a la perdida de forma y confianza y a una falta de motiviación que viene dada también por los enormes éxitos conseguidos con anterioridad.
Hace poco Tiger decía que había estado entrenando muy fuerte, con buenos resultados y con excelentes sensaciones. ¿Le creemos? Parece que eso ya lo había dicho antes. El ex número uno del mundo sigue sin jugar habitualmemente y que tome parte en torneos como las Falls Series o este Open de Australia no vienen porque el lo desee sino porque Fred Couples, el capitán del equipo americano de la Presidents Cup, le pidió que jugara si quería formar parte del equipo.
Una decisión que no gustó a mucha gente que pensó que Tiger entro en el equipo por ser quien era y no por sus méritos deportivos. Jugadores como Keegan Bradley podrían haber estado en el equipo por méritos propios pero, seguramente, el nombre de Tiger sigue pesando mucho.
Lo de ganar esta semana en Australia puede ser anecdótico pero unos días después Estados Unidos, que ya perdió la Ryder contra Europa en septiembre de 2010, podría perder ahora la Presidents y con Tiger de nuevo en el equipo. ¿Y a quién creen que echarían las culpas de la derrota? No lo duden, seguro que a Tiger y al torpe de Couples por no llamar de primeras a Bradley.
Sin embargo, guardémonos un as en la manga. Con Tiger todo es posible y ¿quien nos dice que no ganará el Open de Australia y será pieza fundamental en una hipotética victoria frente al resto del mundo? Pasen y vean, el espectáculo está asegurado.