El barcelonés Gerard Pera disputará a primeros de noviembre la Gran Final Mundial de "Bombarderos" en Estados Unidos. En la actualidad, Gerard ocupa el puesto décimo quinto en el ranking mundial de grandes pegadores de golf y cuenta con bastantes posibilidades de hacer un buen papel en la superfinal del próximo mes. No en vano, ahora mismo es capaz de mandar la bola con su driver a 360 metros.
La cita de esta Gran Final de Driver más largo no podía ser en otro lugar que la capital mundial del juego, en Las Veghas.
El 4 de noviembre Gerard Pera -jugador profesional- se medirá a los mejores y más potentes pegadores del mundo e intentará mandar su bola no sólo a los 360 metros donde ahora es capaz de ponerla, sino mucho más lejos.
"No va a ser nada fácil. Este año he estado entrenando una barbaridad, he cambiado mi swing, los palos son diferentes, más largos, y con unas varillas superduras que me ayuidan a poner la bola en esas distancias que me han colocado en ese décimo quinto puesto mundial, pero, desde luego no ha sido nada fácil".
Gerard luchará en Las Vegas junto a otros 40 jugadores que lo único que hacen en la
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vida es entrenar para destrozar literalmente la bola. "En la final se hacen controles antidoping y ahí yo tengo una buena ventaja. Yo creo que muchos de los participantes se han metido de todo para poder pegarle como le pegan, pero claro en la final hay controles, así que ahora no pueden tener "ayuda extra". Yo no he tomado nada para ayudarme a pegarle más fuerte, así que ahora nos mediremos de verdad, con lo que cada uno es capaz de pegar".
La pregunta es si Gerard Pera podrá mejorar los 360 metros que actualmente tiene como mejor marca.
"Hombre es complicado, pero estoy trabajando para ellos. Entro ahora en una nueva fase de entrenamiento en el que intento darle un poco más fuerte para llegar a esas cifras, pero con estar entre los diez primeros me doy más que satisfecho".
¿De que metros hablamos?
"Podemos decir, sin temor a equivocarnos que entre 370 y 400 metros, una auténtica barbaridad".
En este año que ya está en su recta final, Gerard no ha dejado de trabajar, de entrenar y de cuidarse al máximo.
Su alimentación ha cambiado radicalmente, se pasa más tiempo en el gimnasio que en su casa y a lo largo de este año habrá dado miles, quizá millones de bolas intentando llegar lo más lejos posible.
La cita será el 4 de noviembre junto a los más potentes bombarderos del mundo, aunque llegar ya tiene mono de jugar al golf de una manera normal.
"Si, estoy cansado de tanto viaje a uno y a otro lado del mundo. Echo de menos un torneo normal, un campo y una tarjeta. Intento entrenar con todos los palos pero está claro que ahora he perdido algo de sensibilidad en el juego corto y en el approach. El año que viene espero simultanear mis torneos normales con el concurso de Driver y espero que la apuesta me salga bien".
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