Laura Davies y Melissa Reid se van “zampando” a las americanas, aunque para ser justos, debemos decir que a Michelle Wie se le han quedado colgando algunas bolas y no han embocado. En alguna ocasión la hemos visto arrodillarse porque no se lo podía creer que volviera a ocurrir.
El día nos ha seguido regalando esos rayos del sol que además han sido fundamentales para seguir caldeando el ambiente. Estar frente a las mejores jugadoras del mundo es increíble. Es una maravilla ver como un grandísimo golpe de una de ellas, es respondido por otro igual o mejor de otra compañera. Es una pasada encontrarse corriendo a cualquiera de las dos capitanas, porque piensas o les han dicho que en uno u otro partido alguna de sus chicas se ha venido un pelín abajo.
Sinceramente no tengo muy claro quién vive más los colores pero creo, al menos en estos segundos partidos de la segunda jornada que el equipo americano está un poco más disperso y que como en la historia de la Solheim van por delante...eso ya significa mucho.
Primera vez que vivimos esto en directo, primera vez que somos conscientes de lo que es una Solheim Cup, primera vez que vemos tanto despliegue de medios en una competición femenina, para todo siempre hay una primera vez pero el enganche durará toda la vida.