Tiger sigue sin rumbo fijo en su regreso
viernes 05 de agosto de 2011, 00:00h
Después de una primera vuelta con caddie nuevo y tras tres meses de inactividad, Tiger llegaba al Firestone Golf Club con la bolsa llena de ilusión y con todas las ganas del mundo para hacerlo bien. Seguramente, el mismo sabía que no podía optar a la victoria y que bastante tenía con jugar después de la grave lesión de rodilla y Tendón de Aquiles que le ha tenido alejado de los campos de juego durante más de 90 días.
En su primera vuelta oficial tras su retorno, Tiger Woods no lo hizo nada mal. Acabó con tres birdies y un bogey que hacía pensar a todos que Tiger había vuelto para quedarse y que como el mismo dijo, "no volvería hasta que estuviara al 100%".
Tras esos primeros 18 hoyos, sin los consejos y la psicología de Steve Williams, que estuvo como caddie de Tiger 13 años, Woods no se desenvolvió mal. Sin embargo, en el par 70 del Firestone, las malas noticias estaban todavía por llegar para un Tiger Woods al que se ha visto inseguro y algo fuera de forma -algo lógico después de tres meses de inactividad-.
En la segunda vuelta Tiger no estuvo tan brillante y sus segundos 18 hoyos los saldó sobre el par del campo, con un golpe más y con un total de -1 que lo sitúan ya muy lejos de la cabeza pero por lo menos con la sensación de que su rodilla aguanta el envite.
En estos segundos 18 hoyos, Woods firmó tres bogeys, un doble bogey y tres birdies. Una tarjeta demasiado irregular para un ex número uno que quiere recuperar posiciones en el Ranking Mundial y, sobre todo, la autoestima del que fue hace aproximadamente dos años el mejor jugador del mundo.
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